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La versión oficial dice que fue un atentado del autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), pero el padre del militar, el general Herminio Piñánez, dijo que su hijo fue asesinado para no divulgar casos de corrupción que detectó en la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), donde prestaba servicio.
Una comisión especial de Investigación del Senado, a través del senador Eduardo Petta (ANR, disidente), informó que los datos recabados difieren de la versión oficial. El parlamentario explicó en ese entonces que los hechos reales son ocultados porque se trataba de un trabajo ordenado por las altas esferas para llevar una bomba al campamento de los criminales.
El fiscal Joel Cazal, quien estuvo al principio investigando el caso, se limitó a señalar que se trató de una “negligencia militar” cuando que el capitán Piñánez era uno de los más capacitados para manipular explosivos.
Desde entonces, el caso quedó paralizado. Fue la última novedad que surgió del caso.