“Don Pemo”, papá y abuelo emprendedor

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Macarena, nieta de don Pemo se encarga del logo y  difusión en redes sociales de los productos, los demás nietos tienen a su cargo la limpieza, esterilización y preparado del packaging de los picles.
Macarena, nieta de don Pemo se encarga del logo y difusión en redes sociales de los productos, los demás nietos tienen a su cargo la limpieza, esterilización y preparado del packaging de los picles.gentileza

Pedro Marcelo Morínigo Adorno, Don Pemo, tiene 80 años, es jubilado y actualmente se dedica a la preparación de exquisitos picles caseros, que de ser un hobby para él, lo convirtió en su gran negocio. Con ayuda de su familia ideó el logo, compró los frascos e ingredientes, y empezó con la producción, así nació Picles Don Pemo.

Pedro Marcelo Morínigo Adorno nació hace 80 años en Santísima Trinidad, de pequeño lo llamaron “Carlucho”, luego se convirtió en Carlos y en el último trabajo que tuvo fue conocido como don Pemo, de allí nace el nombre del producto.

Está casado con Lucía González Espínola desde 1963, con ella ha formado una gran familia compuesta de tres hijas y 10 nietos. Sus seres queridos lo describen como una persona muy amigable que siempre tiene algún conocido en donde va, y una memoria increíble que almacena todo tipo de vivencias las cuáles gusta compartir, es un amante de la historia y muy romántico.

Su día a día

Don Pemo arranca su día a las 05:00 am con un rico desayuno, luego riega sus plantas y da de comer a los perritos. Más tarde enciende la radio que es su compañera fiel y prepara tereré con yuyos medicinales que él mismo se encarga de cultivar.

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Sus hijas manifiestan que Don Pemo es muy metódico y todo lo hace a su ritmo.

“Papá coloca sus elementos de trabajo sobre una mesa, también su reloj con la alarma para tomar su medicina puntualmente. Así se prepara para comenzar a elaborar sus picles según los pedidos o simplemente según su materia prima. Termina la primera parte y se dirige para almorzar un rico puchero o alguna delicia que hace su “jefa” por supuesto acompañado de su picle. No duerme la siesta, pero si le gusta sentarse bajo un árbol a oír sus programas musicales y comer alguna fruta. Como a las 15:00 vuelve a retomar su producción de picles hasta las 17:00. Luego de ello vuelve a colocar sus elementos a resguardo para continuar al día siguiente. Por lo general toma un “cortadito” mientras ve algún programa en la tv para luego cenar temprano y a dormir” cuentan las hijas muy emocionadas.

Con los picles, don Pemo volvió a vivir

“Cuando se jubiló a los 75 años empezó a tener más disponibilidad de tiempo y el ocio lo empezó a deprimir, incluso hizo su aparición la enfermedad que lo aqueja actualmente: el Parkinson, la cual lo volvió aún más dependiente, ya no tenía ganas de hacer sus caminatas, ni salir. Hasta que un día empezó a hacer sus picles otra vez y viéndolo en esa tarea a una de sus nietas le nació la idea de que podía ser una alternativa viable, no solo para que él tenga una ocupación en lo que le gusta, sino que también lo gratifique. Así nació Picles Don Pemo”.

Pasión por la jardinería

Una de las cosas que más le gusta a Pemo es la jardinería y plantar todo tipo de plantas, ya sean medicinales, decorativas o comestibles, sin necesidad de tener un amplio espacio. Pemo ha dejado un importante legado ya que en todos los lugares donde trabajó ha dejado de recuerdo un árbol plantado.

El deseo de un papá y abuelo emprendedor

Don Pemo manifiesta que su mayor deseo es celebrar su Día del Padre rodeado de toda la familia, ya que la pandemia ha restringido sus visitas acostumbradas. Para ese día anhela preparar su exquisito asado a la parrilla como acostumbra los domingos y fechas especiales, compartiendo con todos ellos y degustando sus picles”.