Cuna de la cultura

Un alargado caserón, con corredor frontal y posterior, construido en 1842, es sede del Museo Municipal Maestro Fermín López de Villarrica.

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El acervo, que consiste en piezas históricas de la Guerra del 70, enseres de la vida cotidiana de los lugareños y recuerdos del poeta guaireño Manuel Ortiz Guerrero, fue recientemente reordenado y habilitado al público.Los amplios salones del edificio de estilo colonial fueron, en el año 1850, aulas de la Escuela La Patria, en donde enseñaba el maestro Fermín López. Recuerda la historia que de este local escolar salió el docente con un grupo de alumnos para defender la causa nacional en tiempos de la Guerra de la Triple Alianza (1865-1870). Fermín López fue decapitado por los soldados brasileños, y sus alumnitos que sobrevivieron en la batalla de Piribebuy (agosto de 1869) fueron aniquilados en Cerro Corá.

A lo largo de su existencia, el antiguo edificio construido en 1842, siguiendo los lineamientos de la arquitectura colonial, sirvió de asiento a instituciones de enseñanzas. Ya por el año 1956, las autoridades villarriqueñas pensaron en convertirlo en museo con el propósito de elevar el nivel cultural de los pobladores de la capital del Guairá. Con ese deseo, en 1964, el doctor Ramiro Domínguez elaboró un proyecto que quedó en suspenso. Recién en 1972 se concretó la habilitación del Museo Municipal Maestro Fermín López, que honra el nombre del docente que legó a la nación su ejemplo de sacrificio y patriotismo.

Tras una serie de refacciones, el complejo cultural reabrió sus puertas al público el 20 de mayo de 2008. Con fondos proveídos por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) se realizaron mejoras edilicias y el reordenamiento del acervo. En nuevas vitrinas iluminadas están clasificadas y ordenadas las piezas históricas. Bien expuestas, se pueden apreciar colecciones de armas (fusiles), espuelas, estribos de caballería y restos de material bélico de la Guerra del 70. El uniforme de un oficial de la misma época despierta curiosidad, según comentan los guías encargados de recibir a los visitantes. Los instrumentos musicales, vitrolas y el bandoneón que perteneció a Germán Bogado simbolizan el talento artístico que caracteriza al Guairá.

Un sector destinado a la etnografía muestra arcos, flechas y bolsos elaborados con fibras naturales por las comunidades indígenas del Paraguay. Unos nichos, imágenes de santos y objetos de uso religioso componen el lote de bienes correspondientes a arte sacro.

En las paredes se aprecian fotografías de personalidades nacionales y un busto del mariscal Francisco Solano López. No faltan los utensilios de la vida cotidiana: máquinas de escribir, escritorios, planchas a carbón, sillas, lámparas de hierro. En otra vitrina se exhiben un artístico copón y las caligas o calzados litúrgicos utilizados por monseñor Felipe Santiago Benítez, en el concilio Vaticano II.

La última sala está dedicada exclusivamente al gran poeta paraguayo, Manuel Ortiz Guerrero, nacido en Itaybú, compañía de Villarrica, el 16 de julio de 1894. Un enorme retrato al óleo del vate guaireño preside el espacio que conserva cartas personales, sellos, tipografías y objetos de impresión que eran de la imprenta Zurucuá, en la que él publicaba sus obras. En un exhibidor están a la vista sus pipas, tinteros, plumillas y diplomas y pergaminos otorgados al poeta y compositor que falleció a los 39 años de edad, el 8 de mayo de 1933. En un rincón de la pared cuelga la fotografía de doña Dalmacia Sanabria, la mujer que siempre lo acompañó. Se guarda también la reja de hierro forjado que protegía la ventana de Iluminada Arias, donde Manuel Ortiz Guerrero recitó por primera vez su poema "Ne rendápe aju", en 1916. Otro mueble, de factura antigua, acomoda un lote de papeles y documentos relacionados con el destacado intelectual que enorgullece a los guaireños.  

Valioso ejemplar

A la entrada al museo de Villarrica llama la atención de los visitantes una enorme piragua de madera, descubierta por el doctor Ramiro Domínguez en la cordillera de Ybycuí, en el lugar denominado Tuna, sobre el arroyo Cristal. El hallazgo se produjo en el año 1964, y la canoa es una de las pocas muestras existentes del modo de trasporte que antiguamente empleaban los paraguayos para desplazarse por ríos, arroyos y esterales.

Acceso libre

El Museo Municipal Maestro Fermín López se ubica en la esquina de Natalicio Talavera y Juan Pablo II (detrás de la catedral de Villarrica). Abre al público de lunes a viernes, en horario corrido de 7:15 a 17:00. Los sábados, de 8:00 a 12:00. Cierra los domingos. El acceso es libre y gratuito. Hay guías municipales que acompañan a los visitantes.
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