Hacer arquitectura requiere gente. Gente en la familia, que sueña, ayuda, apoya e impulsa. Gente en el estudio, preparada, que moja la camiseta, acompaña y complementa. Gente en las obras, que se esfuerza, interpreta y soluciona. Gente en la calle, que confía y encomienda sus necesidades, sueños e ilusiones. A toda esa gente, el arquitecto César Aquino le dedica la recopilación gráfica de algunos de sus trabajos.
“Dar a conocer algunas de mis obras era algo pendiente; me decidí, nos juntamos con un equipo de creativos y logramos un portafolio que presenté la semana pasada. Con este material, la idea es dejar un aporte que sirva como testimonio de mi pensamiento y del momento en el que se encuentra la arquitectura local. Este es el primero de muchos otros que iremos presentando y clasificando por categorías; es decir, edificios, comercios, oficinas y otros. Los próximos tendrán un contenido más didáctico, que servirá de consulta para los interesados”, expresa el arquitecto en la sala reunión de su estudio del barrio Las Mercedes.
Exhibe los mejores ejemplos de su trabajo, y enfatiza sus fortalezas y talentos únicos a través de las fotografías. Plantas industriales, edificios corporativos, arquitectura bancaria, tiendas de marcas y arquitectura de recreación, como el Parque Solidaridad, son algunas de las obras seleccionadas para ilustrar el book dentro de una línea de “arquitectura de autor” o proyectos con firma e identidad propia.
Sus diseños se caracterizan por su contemporaneidad y actualización en cuanto a conceptualización y tecnología. A decir del proyectista, sus obras captan un momento histórico, una situación actual, que tiene que ver con una cuestión cultural, social, política y económica del lugar en donde está, en este caso, nuestro país. Su apertura mental y atención a las diferencias contribuyen al debate. Definitivamente, la formación de un arquitecto es infinitamente más interesante si es capaz de tener el mundo en la cabeza.
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-¿Se acuerda del momento en que decidió ser arquitecto?
-Mi padre era médico, así que la consigna era que uno de sus hijos siga Medicina. No tuvo éxito con mis hermanos mayores y cuando me llegó el turno, en el afán de que tome la decisión correcta, me llevó al hospital de Clínicas y al entonces Primeros Auxilios... Al ver todo aquello, reafirmé mi convicción de que lo mío era la arquitectura. Ya estando en el colegio dibujaba casas y pintaba mucho. Felizmente, mi padre respetó nuestras decisiones; le dolió, pero me apoyó y hoy me encuentro realizado con la carrera que elegí.
-Cuando llega a una casa, ¿qué es lo primero que mira?
-Trato de interpretar lo que el cliente quiere, traducir en materiales su sueño. La sensibilidad es muy importante. A veces, uno trae incorporado, pero en otras va desarrollando, aunque es importante mostrarse sensible a lo que ocurre alrededor del mundo.
Y César Aquino sueña despierto, derrocha pasión, dibuja la música, se ubica en la ciudad, cree en lo ambiental, pisa tierra, respeta el pasado, piensa en el futuro; en resumen, siente la arquitectura. “Cuando me preguntan en qué me inspiró al hacer arquitectura, pienso en esos puntos y respondo que la inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando. Llenamos los papeles en blanco, gastamos los lápices y alimentamos las ‘máquinas de dibujo’ para traducir en obras nuestros sueños, pensamientos y llenar los mínimos detalles cumpliendo un compromiso de vida: diseñar y construir un país mejor”.
-¿Está satisfecho con la educación que recibió?
-La formación que recibí es básica; ayuda a abrir la mente. Los viajes constantes, las charlas, las capacitaciones, los contactos con otros profesionales y el trabajo que estoy desarrollando como docente también aportan para ir escalando profesionalmente; a la par que uno va enseñando, también va aprendiendo. Soy titular de la cátedra de Arquitectura Contemporánea, pero hay que admitir que todavía falta mejorar la educación. En la arquitectura, uno tiene que buscar aportar un valor y, por otro lado, la lectura es muy importante. Leer, leer y leer también abre la mente; no hay que separar el conocimiento de la práctica. La formación de un arquitecto es infinitamente más interesante si es capaz de tener el mundo en la cabeza. En líneas generales, toda la educación tiene que mejorar: desde la básica hasta la secundaria y terciaria; debe ser prioridad de los gobernantes.
-¿Qué nuevos retos profesionales tiene?
-Tengo retos corporativos, habitacionales y deportivos. El edificio habitacional Altos Concordia, que se encuentra en etapa de construcción, forma parte de los emprendimientos actuales del estudio. Es un edificio con tres tipologías distintas: monoambiente, de un dormitorio y de dos dormitorios. Está dirigido a gente con un estilo de vida más actual, pero con claros criterios funcionales. Otra de las obras en ejecución es la ampliación del estadio Defensores del Chaco. La idea es adecuarlo a las exigencias del mundo actual, con seguridad y confort. Estos trabajos se realizan con vista a las eliminatorias para el Mundial de Rusia 2018, que se iniciarán en octubre de este año, tiempo en el que estará terminada la primera etapa de dicho proyecto. También estoy apuntando a las acciones sociales; quiero satisfacer las viviendas básicas e instalar trabajos con más responsabilidad social.
-¿Recuerda su primer proyecto?
-Sí, salió en la tapa de un diario. Era una reforma de una casona para la Asociación de Educadores del Paraguay, con un presupuesto de poco más de cinco millones de guaraníes y el título decía: “Millonaria inversión de la Asociación de Educadores del Paraguay”.
-Su relación con la arquitectura del pasado.
-Realicé muchos trabajos en patrimonios culturales y, realmente, trabajar con bases culturales muy fuertes sumó experiencia y satisfacción. Quienes ejercemos la docencia tenemos, igualmente, la responsabilidad de motivar a los jóvenes a valorar más lo nuestro.
-¿Qué está pasando con la arquitectura actual?
-Muestra un franco desarrollo, sobre todo en el sector de edificios corporativos. Hoy, el sector de la construcción muestra mayor calidad, mano de obra calificada, nivel elevado, planificación, urbanismo, tecnología, inventiva.
-¿Su gusto arquitectónico?
-Diseño contemporáneo y criterio racional.
-El edificio que más le impresionó.
-Una capilla en Ronchamp, al norte de Francia, Notre Dame du Haut, del arquitecto Le Corbusier. Esa capillita visité, por primera vez, hace 30 años. Fue durante un viaje de cuatro meses que realizamos con compañeros de la facultad.
-¿Tiene influencia de algún arquitecto?
-Charles Édouard Jeanneret-Gris, más conocido, a partir de la década de 1920, como Le Corbusier, un teórico de la arquitectura, ingeniero, diseñador y pintor suizo nacionalizado francés. Fue uno de los claros exponentes de la arquitectura moderna. Más que una influencia, diría que es mi inspiración.
-¿Qué le recomendaría a un futuro arquitecto o estudiante de Arquitectura?
-Que realmente sienta que le gusta la carrera, que es lo que quiere para desarrollarse como persona. Impulsar el estudio y superación en la carrera es el amor y deseo que se puede demostrar ante la arquitectura como carrera y arte.
-En cuanto a diseño, ¿qué lugar ocupa la innovación?
-Un lugar esencial junto con el diseño, el confort y la funcionalidad.
-¿La casa ideal?
-Aquella que llene las expectativas, los sueños de la persona que solicita. La casa soñada hecha realidad es la ideal.
-Finalmente, el book, ¿dónde se puede encontrar?
-El book será distribuido a clientes, amigos y toda persona interesada. De la misma forma, los estudiantes de Arquitectura podrán obtenerlo en sus universidades.
Por Nancy Duré Cáceres ndure@abc.com.py
