Título a la francesa

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Roberto Arias Smith llegó a la carrera de Leyes por vocación. Se especializó en Derecho Civil en la Universidad de la Sorbona, París, una de las más antiguas y prestigiosas de Europa, destacándose como mejor egresado de la promoción 2014 (major de la promotion). Aquí, su experiencia.

En el 2011 presentó una candidatura y a mediados del 2012 fue aceptado para acceder al posgrado denominado Diplôme Supérieur d’Université (Diploma Superior Universitario) en la especialidad de Derecho Civil, principalmente en el Derecho de las Obligaciones, en la Universidad de París II Panthéon-Assas. Esta formación es equivalente a lo que en Francia se conoce como un máster I; la misma es reservada a los estudiantes extranjeros una vez acabada con resultados satisfactorios. Le sirvió como puente para acceder al máster II, ya en competencia con estudiantes franceses.

El segundo año (2013-2014) se postuló para ser elegido entre alrededor de 120 estudiantes en una formación de posgrado de tipo profesional denominada Máster II Profesional en Derecho Europeo e Internacional de la Agricultura y de los Sectores Agroalimentarios, de la Universidad de París I Panthéon-Sorbonne. “En ese año solo fuimos admitidos 12 postulantes, entre ellos, solo extranjeros. La formación estaba basada, principalmente, en un control continuo, en clases de gran interacción con los profesores intervinientes, en exposiciones orales de trabajos de investigación y en la discusión constante de las posturas con el grupo de estudiantes. De allí el riguroso proceso selectivo en un número verdaderamente escaso, a más de que la formación contaba con un dispositivo de profesionalización que exigía a los estudiantes una pasantía en una institución relacionada a la formación durante el año lectivo. Gracias ello pude trabajar en un estudio jurídico en París, especialista en Derecho Agrícola, del cual hoy soy corresponsal en el Paraguay y con el que sigo manteniendo contacto. Además, resulté ser el mejor egresado de la promoción 2014 (major de la promotion)”, cuenta orgulloso.

La experiencia fue “excelente”. “La estructura de la universidad es similar a nuestra carrera de Derecho, pero, evidentemente, hay diferencias importantes en cuanto a lo académico, los docentes y todo el sistema de enseñanza”, afirma el joven abogado, quien, actualmente, se dedica a la consultoría en un estudio jurídico local, asesorando a empresas nacionales y extranjeras.

En su experiencia como estudiante aprendió las políticas agrícolas de los países más desarrollados, “como la política agrícola común (PAC) de la Unión Europea y el Farm Bill 2014 de los Estados Unidos, que tienen un aspecto más durable; también, ciertas políticas de países, como Nueva Zelanda, en los cuales sus políticas agrícolas tuvieron mucho que ver con su gran desarrollo”, sostiene.

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Análisis

Roberto resalta un punto durante su formación y es el análisis de la política agrícola común (PAC) de la Unión Europea. “Desde 1962, tiempo de su existencia, suprimió la política nacional de los primeros seis integrantes de la Comunidad Económica Europea, llegando, hoy en día, a los 28 Estados miembros de la Unión Europea, en busca de alcanzar la convergencia de la agricultura entre los diferentes Estados que la conforman”.

Destaca también que las políticas que se generan en dichas instituciones atienden a los grandes desafíos del milenio, como la exigencia de que la agricultura deberá producir un 70 % más para hacer frente a la alimentación mundial en las próximas décadas. “A diferencia de las políticas que se gestan en el Paraguay, que no cuentan con reformas integrales con miras a los desafíos de los próximos 35 años, yo diría que es hasta algo negligente de nuestra parte, pero es una oportunidad para iniciar con dichos procesos cuanto antes, atendiendo especialmente a la potencialidad de nuestro país para fortalecer su mercado de exportación sin desatender las exigencias internas de aprovisionamiento de alimentos”, refiere.

Haciendo una proyección, sostiene que el planeta contará con nueve billones de habitantes en el 2050, contra los siete billones actuales, por tanto, la agricultura deberá producir más con menos recursos humanos, teniendo en cuenta la urbanización mundial creciente. “Según la FAO, la producción agrícola deberá crecer en más de dos tercios hasta el 2050 para dar respuesta a dichos desafíos y de manera durable para asegurar a las generaciones futuras la capacidad de producir alimentos. Por el contrario, la tasa de crecimiento del sector agrícola a nivel mundial pasó de un promedio del 3 % en el periodo de 1960-1980 al 1 % en el curso de las décadas siguientes. Esto quiere decir que nuestra agricultura a nivel global solo está creciendo al 1 %, cuando la exigencia es mucho mayor. El desafío es demasiado importante como para no crear políticas públicas a mediano y largo plazo destinadas a aplacar el impacto, teniendo en cuenta la presión que ejercemos sobre los recursos naturales y, por sobre todo, una adecuada protección a uno de los recursos más importantes: el agua. Considero que el Paraguay, como país agropecuario, debería prestar especial atención a estos desafíos”, expresa.

En este recorrido de realizaciones profesionales no puede dejar de agradecer el apoyo de su familia, amigos y, en especial, el de su esposa, María Asunción Gómez Fúster. “Sin ellos, no hubiera sido posible lograr el objetivo”, finaliza.

ndure@abc.com.py

Fotos ABC Color/Gustavo Báez.