Desde pequeños, a la gran mayoría le ha fascinado la posibilidad de tener entre sus manos aviones, barcos, automóviles y trenes a pequeña escala. Lo que muchos consideran un juego de niños pequeños, es considerada una afición de amplia difusión en el mundo.
Aunque a la simplicidad de aquellos juguetes que usábamos de niños se le suman algunas complejidades más.
El modelismo es una afición consistente en construir y eventualmente reproducciones en miniatura de máquinas, personas o edificios.
Establecer un período histórico en el que haya iniciado esta práctica. Algunos historiadores hablan de que la práctica se viene realizando desde hace inclusive miles de años.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
Originalmente procede de la costumbre de ciertos artesanos de siglos pasados, sobre todo de mobiliario, de construir ejemplos a escala reducida de sus productos, para poder así mostrarlos a sus clientes sin tener que construirlos realmente antes de recibir el encargo.
Con el paso del tiempo, esta práctica se fue convirtiendo en un hobby cada vez más complejo. De los modelos de muebles se pasó a los automóviles, aviones, helicópteros, trenes y barcos totalmente funcionales.
Juan Miguel Altieri, quien es miembro del Club de Modelismo Asunción, califica el modelismo como un “hobby científico”, pues con la práctica se aprende no solo sobre el manejo de los artefactos sino también de algunas leyes físicas que permiten comprender la forma de actuar de éstos.
“Básicamente estás volando un avión de verdad, pero a escala y con un control remoto. Nació con el aeromodelismo (creación de prototipos de aeronaves) porque era lo más sencillo. La gente hacía aviones de madera con papel”, agrega.
La actividad fue ganando adeptos y desde hace algunos años comenzaron a surgir empresas que industrializaron la realización de los prototipos.
Altieri recuerda que el modelismo comenzó a practicarse en Paraguay hace ya casi unas tres décadas; mientras que el Club de Modelismo Asunción lleva ya unos 17 años agrupando a los aficionados a esta práctica.
El Club Asunción suele reunirse los fines de semana en la zona de Limpio, mientras que el Club Ñu Guazú realiza sus actividades en la sede de la Fuerza Aérea en las cercanías del parque que lleva el mismo nombre del grupo.
Altieri destaca que el modelismo es una práctica que se puede realizar con toda la familia, pues no cuenta con límites de edad para comenzar a manejar alguno de los prototipos. “Mi hija tiene seis años y suele manejar los prototipos”, afirma.
Sin embargo, reconoció que la actividad conlleva ciertos riesgos, pues se manejan autos que pueden llegar a velocidades de 90 km/h y aviones que alcanzan los 200 km/h, dependiendo del modelo y la capacidad del piloto.
El Club Asunción actualmente se encuentra abocado a la realización de su campeonato de automodelismo que tendrá su cuarta fecha el próximo 4 de agosto en el local de Limpio.
Además, la intención es que en 2014 se pueda realizar el primer campeonato nacional de automodelismo.
Altiere explica que entre los fanáticos existen tres tipos de personas: aquellos a los que les gusta armar y pilotar, quienes quieren solo armar y quienes solo quieren pilotar.
Hasta el momento, en Paraguay existe solo una tienda –ubicada en Ciudad del Este- dedicada a la importación y venta de los prototipos. Otros deciden armar sus propios artefactos, mientras que un tercer grupo busca la forma de traer a través de sus propios medios sus autos, aviones o helicópteros.
Los precios de un prototipo ya totalmente armado pueden variar dependiendo del tipo de vehículo elegido. Se pueden encontrar desde tanques y autos que rondan los US$ 89 y aviones y helicópteros que superan los US$ 1.200.
En otro momento de la conversación, Altieri instó a las personas interesadas en el modelismo a acercarse a cualquiera de los dos clubes.
“Primero para interiorizarse más sobre el tema, porque no es que uno puede arrancar nomás con un modelo cualquiera”, sentenció.
Tanto el club Asunción como el Ñu Guazú cuentan con grupos en Facebook en que los interesados pueden recurrir en busca de información.
La invitación está hecha, ahora solo queda poner en marcha la diversión que llega a “pequeña escala”.