La discreta presencia de Paraguay en Cannes

CANNES. Menos mediatizados que los seleccionados en las diferentes secciones del 65º Festival de Cannes, muchos países tienen sin embargo una presencia activa, a veces sorpresiva, en el primer mercado mundial del cine. Es el caso discreto de Paraguay.

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En 2006, “Hamaca Paraguaya”, una ópera prima enteramente dialogada en guaraní, se presentaba en la sección oficial Una Cierta Mirada y ganaba el Premio de la Crítica. Su directora Paz Encina busca financiación ahora para su nuevo proyecto, el documental “Ejercicios de memoria”, que filmará en Paraguay y Argentina con un presupuesto estimado en 400.000 euros.

Paz Encina ha sido invitada con su productora argentina Constanza Sanz Palacios a participar en La Fábrica, el programa profesional de los Cines del Mundo, que propone 10 proyectos de nuevos realizadores por iniciativa de los órganos de la cooperación cultural del Gobierno francés.

“Ejercicios de memoria” se centra en la figura de Agustín Goiburú, férreo opositor al régimen Stroessner, que desapareció en Paraná, donde estaba exiliado. Encina aborda el tema a través de las últimas imágenes que sus tres hijos conservan de su padre.

“Esta película quiere exponer los sentimientos ocultos de todos aquellos que soportan hoy una ausencia. Este documental se inspira libremente de la Historia y las imágenes del filme deben reflejar esa libertad”, expone la directora.

Por su parte, Pablo Lamar, que estrenó en Cannes sus dos cortos, es uno de los 15 directores elegidos por George Goldenstern, director del Atelier del festival, para presentar “La última tierra”, el proyecto del que será su primer largometraje de ficción, en torno a la muerte y la ausencia.

El Paraguay de Stroessner resurge por sorpresa en una película suiza de la Quincena de Realizadores, titulada “Operation Libertad”, sobre un grupo helvético de la Baader-Meinhoff que en 1978 secuestra a un agente de Stroessner que se dispone a depositar una suma suculenta en un banco de Zurich.

“El agente lleva en la maleta 60 millones pero nuestra ficción se quedó corta: un abogado suizo acaba de reclamar por vía judicial 5.000 millones de dólares depositados por Stroessner en Suiza”, asevera Nicolas Wadimoff, el director de esta película de cine político de acción con mucha adrenalina.

Enrique Carballido y Sylvie Moreaux, que precisamente trabajó en la producción en “Hamaca Paraguaya”, presentaron en el Mercado de Cannes, en primicia mundial, su documental francés “Esperanza”, centrado en la represión sufrida por los artistas paraguayos en los años Stroessner.

Moreaux y Carballido, gallego afincado en París, tienen una compañía de espectáculos en Francia y de forma natural se interesaron por los artistas de Paraguay, recuerda Moreaux, “una gente formidable, atravesaron 35 años de dictadura sin que nadie hablara de ellos, lucharon de manera increíble con su arte contra esa dictadura y afirmaron que un futuro mejor era posible”.

El documental presenta un enfoque original, habla de esos años negros (1954 a 1989) a través de la obra de esos artistas olvidados: poemas, canciones, danza, lienzos, esculturas, teatro.

“Queríamos tener esa visión de los artistas, que por definición no son normales porque cuando constatan algo ya lo están proyectando, transformando la realidad en objeto de arte de literatura, música, escultura, pintura” , explica Carballido.

Entre 2006 y 2008, los cineastas entrevistaron a 67 artistas paraguayos, de los que 33 aparecen en este documental de 98 minutos, muy trabajado formalmente. “Nosotros queríamos hablar del ser humano. No se trataba de hacer un fresco histórico ni un análisis político, sino de contar como es el día a día durante 35 años sin poder vivir ni crear en libertad”, explica Moreaux.

Fueron largas horas de conversaciones en las que algunos artistas paraguayos hablaban por primera vez de esos momentos de sus vidas.

“Queríamos transcribir también los silencios, cuando la voz se entrecorta por la intensidad y la emoción del recuerdo, porque esos momentos son más fuertes que mostrar imágenes de torturas o ejecuciones”, agrega Carballido.

Las elecciones que llevaron a Lugo a la presidencia en 2008, han supuesto una importante apertura democrática, dicen los dos cineastas. “No obstante, las señales de la dictadura siguen presentes, a la gente le cuesta decir lo que piensa, a hablar de política”, según Moreaux.

“Costará unos añitos más porque nadie habla de Paraguay y si algunos estadistas de países occidentales que representan la libertad y la democracia, pudieran darse una vuelta por el país para llamar la atención de los medios de comunicación, sería muy bueno para acelerar el proceso”, remacha Carballido.

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