La orden judicial fue dispuesta por la jueza en lo Civil Noemí Ramírez Morínigo en el marco de una acción interpuesta por Perla Estela Montalbetti Velázquez, propietaria de la granja Las Sonrisas, ubicada a orillas del lago Acaray, barrio Don Bosco de esta capital departamental.
El conflicto de la propietaria con los ocupantes de un asentamiento colindante comenzó el 2 de enero de 2019, cuando Rafael Esquivel, alias Mbururú, obligó a unos obreros a dejar la construcción del cercado perimetral. Esquivel alegó que la construcción abarca un espacio público y un cauce hídrico.
Por esa conducta, Mbururú fue condenado en noviembre pasado a un año y seis meses de pena con suspensión a prueba de la ejecución de la condena, al ser comprobado que coaccionó a los obreros.
En medio del conflicto y ante amenazas de ocupación, la Municipalidad local, por resolución Nº 4.690, declaró el mes pasado de interés municipal la conservación en su estado natural del bosque protector del lago Acaray.
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