Basta con espolvorear la superficie con harina. Si se forman grietas en esa capa de harina, la masa ha leudado.
Los expertos indican que la temperatura ideal para que esa masa previa a la definitiva leude es de 22 grados, y que solo entonces la levadura puede aportar su típico sabor. Asimismo, recomiendan el uso de levadura fresca.
Elaborar una masa previa con levadura es clave cuando se pretende rellenarla con nueces, fruta u otros ingredientes. Sin ella la masa no sería capaz de sostener el relleno: gracias a la levadura la masa desarrolla una estructura más estable.
