Un grupo de 72 expedicionarios luqueños, conformado por padres, hijos, nietos y yernos, empredieron un largo viaje el pasado 5 de junio, con el objetivo de seguir descubriendo aquellos territorios donde se libraron las más sangrientas batallas de la Guerra del Chaco entre Paraguay y Bolivia, desde el 9 de septiembre de 1932 hasta el 12 de junio de 1935.
Llegaron a sitios marcados con historias inolvidables para el país. El primer día hicieron una ofrenda a la comunidad de Manuel Irala Fernández de Presidente Hayes, entregando una cruz en homenaje al soldado luqueño Teniente Juan Rigoberto Herreros Bueno, muerto en la batalla en Fortín Gondra a los 18 años de edad. Las autoridades locales instalaron la cruz en el mismo Fortín Gondra, recordando la hazaña del joven. En la ocasión, los expedicionarios fueron congratulados con un reconocimiento y una bandera representativa de la comunidad.
El doctor Luis Aguilera, presidente del Grupo de Expedicionarios Luqueños (GEL), manifestó que el lugar más significativo, visitado por la organización, fue la antigua casa del Mariscal Estigarribia, situada a orillas del río Paraguay en Puerto Casado. En el sitio aún se encuentran los vestigios de las antiguas pertenencias de la época.
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"Tuvimos que cambiar de camino, debido a que las rutas estaban clausuradas por las constantes lluvias. Así llegamos hasta Puerto Casado, lugar donde encontramos el tren histórico, también fuimos hasta el puerto donde desembarcaban todos los soldados con las municiones y todo lo que correspondía para la organización para las contiendas bélicas", indicó Aguilera.
