BELGRADO (AFP). La masacre, calificada de genocidio por el Tribunal Penal par la ex-Yugoslavia (TPIY) fue la peor en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
Marcó un antes y un después en la guerra en los Balcanes, que opuso a bosnios, serbios y croatas entre 1992 y 1995.
El conflicto dejó más de 100.000 muertos y 2,2 millones de refugiados y desplazados.
La caída del enclave
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Desde el principio del conflicto en Bosnia, en abril de 1992, las fuerzas armadas serbias asedian Srebrenica, una ciudad de mayoría musulmana en Bosnia oriental, a 15 km de Serbia.
En abril de 1993, en un último intento para evitar la caída de la ciudad, la ONU declara como “zona de seguridad” un enclave de 148 km² y despliega allí Cascos Azules encargados de asegurar la protección.
Pero el 11 de julio de 1995, Srebrenica cae en manos de las tropas del general Ratko Mladic, el jefe militar de los serbios de Bosnia, partidario, como su alter ego político Radovan Karadzic, de un “República serbia” étnicamente pura.
Una herida abierta en los Países Bajos
Los Cascos Azules neerlandeses de la Forpronu (Fuerza de Protección de Naciones Unidas) se repliegan en la base vecina de Potocari, donde se ven sumergidos por la llegada de civiles que esperan protección.
La actitud de los Cascos Azules neerlandeses sigue siendo una cuestión sensible en los Países Bajos.
En 2014, el Estado neerlandés fue reconocido civilmente responsable de la muerte de 350 musulmanes que se refugiaron en Potocari, que fueron expulsados por los cascos azules neerlandeses, y que luego, sin protección fueron asesinados en la masacre.
La matanza
Los días siguientes, las fuerzas serbias de Bosnia separan a los hombres y a los adolescentes musulmanes de las mujeres y se los llevan en camiones y autocares para ejecutarlos.
Centenares de hombres que huyeron a los bosques cercanos son capturados y asesinados.
Las excavadoras empiezan entonces a enterrar los cuerpos en fosas comunes.
La mayoría de fosas fueron abiertas más tarde con buldóceres para desplazar los cadáveres y disimular el alcance del crimen.
En pocos días la matanza dejó más de 8.000 muertos.
Los primeros testimonios reunidos por las organizaciones humanitarias apuntan a las atrocidades cometidas por los hombres de Mladic.
Las condenas por genocidio
Hasta ahora hubo quince condenas, cinco de ellas por genocidio, y hay dos juicios en curso contra tres hombres.
Radovan Karadzic fue condenado en 2019 por apelación en el TPIY a cadena perpetua.
Karadzic fue el más alto responsable en tener que rendir cuentas. El expresidente serbio Slobodan Milosevic murió en 2006 durante su juicio.
En 2017 la justicia internacional condenó a cadena perpetua a su brazo armado, Ratko Mladic, apodado “el carnicero de los Balcanes”.
Tiene todavía pendiente un juicio en apelación en el Mecanismo Internacional de los Tribunales Penales Internacionales (MTPI) que tomó el relevo del TPIY tras su cierre en 2017.
Críticas a la comunidad internacional
La comunidad internacional ha sido acusada de abandonar a sus víctimas, sobre todo por no haber ordenado ataques aéreos.
En un informe publicado en el año 2000, Kofi Annan, el secretario general de Naciones Unidos de entonces, culpó al conjunto de la comunidad internacional por su fracaso en asumir la protección de Srebrenica.
Un año más tarde, un informe de la misión de investigación de la Asamblea Nacional francesa llegó a la conclusión de la responsabilidad de los serbios, pero también de la ONU y de Estados que participaron en las operaciones para mantener la paz.
