"Tenemos enfrente un poder ilegítimo e ilegal, pero sobre todo sádico. Dijeron ayer que las marchas estaban autorizadas", indicó a Efe el abogado Max Loalngar, coordinador del movimiento Wakit-Tama (que significa en árabe "la hora ha llegado"), uno de los principales impulsores de las protestas.
De acuerdo a Loalngar, de las 22 personas heridas, seis se encuentran graves.
Las protestas se produjeron principalmente en la capital chadiana, Yamena, donde la policía disolvió las concentraciones utilizando gas lacrimógeno.
Aunque el Gobierno no se ha pronunciado oficialmente tras los incidentes, fuentes policiales confirmaron a Efe que la carga contra los manifestantes se debió a un "error de entendimiento" entre los miembros del Gobierno que llevó a dar órdenes a la Policía y al Ejército de dispersar las marchas.
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Tanto, el movimiento Wakit-Tama, formado por partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil, como otras entidades chadianas se oponen al poder de la junta militar que tomó el mando en Chad tras la muerte del presidente Idriss Déby, el pasado 19 de abril.
Déby, un gran aliado de Occidente en la lucha contra el yihadismo en el Sahel, dirigía Chad con mano de hierro desde que derrocó en 1991, mediante un golpe de Estado, al dictador Hissène Habré.
El difunto jefe de Estado había sido proclamado nuevamente vencedor de las últimas elecciones, con un 79,32 % de los votos, el mismo día que falleció por las heridas sufridas en combate contra fuerzas rebeldes.
La Constitución chadiana establece que, en caso de muerte del jefe del Estado, el presidente de la Asamblea Nacional (Parlamento) debe asumir el poder y se deben convocar elecciones en un periodo de entre 45 y 90 días.
En general, las manifestaciones contra la junta militar -que está liderada por el general Mahamat Idriss Deby, uno de los hijos del presidente chadiano fallecido- se vienen sucediendo en la capital y en otras ciudades del país desde hace semanas.
Estas protestas, que reclaman una transición civil y la rápida convocatoria de elecciones, dejaron ya 14 muertos, 92 heridos y más de 700 personas detenidas.