"Creo que, en una situación como la actual, tendría sentido considerar levantar el estado de emergencia porque es un instrumento verdaderamente fuerte que tenemos que usar en circunstancias excepcionales", declaró a una emisora local citada por medios lituanos.
Nauseda agregó que "el problema migratorio está solucionado de momento". El presidente habló después de que se informara de que 98 migrantes procedentes de Irak habían aceptado ser repatriados desde Vilna hacia Bagdad y Erbil este domingo.
Los migrantes abandonaron Lituania en el que se calificó como primer vuelo chárter para repatriar inmigrantes irregulares. El vuelo, que hizo escala en Bagdad antes de volar a Erbil, el kurdistán iraquí, fue fletado por el Servicio Estatal de Guardia Fronterza, el ministerio del Interior y el aeropuerto de Vilna.
A cada migrante que abandona Lituana se le darán mil euros hasta el próximo 20 de enero. Según datos oficiales, unos 540 han abandonado el país por otros medios antes del vuelo fletado este domingo, la mayoría de ellos de forma voluntaria.
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Medios locales informaron de que se han producido menos intentos de entrar ilegalmente en Lituania en los últimos días. En casi todos los casos fueron devueltos en aplicación de una nueva política acordada el pasado verano después de que llegaran al país báltico unas 4.200 personas, que fueron llevadas a campamentos e instalaciones para peticionarios de asilo.
Sin embargo, la devolución de migrantes en la frontera ha sido criticada por organizaciones de defensa de derechos humanos locales e internacionales, por considerarla un trato cruel contra personas vulnerables en difíciles condiciones invernales.
Las autoridades lituanas aseguraron que los migrantes enfermos, embarazadas, ancianos o con menores a menudo son admitidos por razones humanitarias.
La crisis en la frontera con Bielorrusia surgió en 2021 tanto en los confines de Lituania como en los de Letonia y Polonia, países a los que llegaron miles de personas, procedentes sobre todo de Irak, Siria y Afganistán, que intentaban acceder así a territorio de la Unión Europea.
Las autoridades de los países afectados han acusado al régimen de Minsk de estimular ese traslado de inmigrantes en lo que calificaron de "guerra híbrida" destinada a desestabilizar a esos países miembros de la UE como medida de respuesta a las sanciones impuestas contra el régimen bielorruso.