“Confirmamos la visita de la delegación india a Afganistán y se espera que también se reúnan con varios funcionarios del Emirato Islámico (como se autodenomina el régimen islamista)", dijo a Efe el portavoz adjunto del Gobierno talibán, Bilal Karimi.
Se trata del primer viaje oficial de representantes indios a Afganistán desde que los talibanes tomaron Kabul el pasado 15 de agosto, cuando la retirada del apoyo y reconocimiento de la comunidad internacional, así como las sanciones económicas internacionales, aislaron al país y desencadenaron una crisis humanitaria y financiera.
Las conversaciones entre ambas delegaciones versarán "sobre la asistencia humanitaria de la India al pueblo de Afganistán", informó en un comunicado el Ministerio de Exteriores de la India.
En respuesta a las necesidades de los afganos, "hemos despachado varios envíos de ayuda humanitaria consistentes en 20.000 toneladas de trigo, 13 toneladas de medicamentos, 500.000 dosis de vacunas contra la covid y prendas de invierno" desde el inicio de la crisis, precisó el texto.
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El cambio de régimen en Afganistán provocó la salida del país del ex presidente afgano, Ashraf Ghani y su gobierno, con el que Nueva Delhi mantenía estrechos lazos.
Desde la caída de los talibanes en 2001, la India invirtió unos 2.000 millones de dólares en varios proyectos para la reconstrucción de Afganistán, entre los que destaca la construcción de una presa hidroeléctrica en el oeste del país o de un nuevo edificio para el Parlamento afgano.
Durante una visita de Ghani a Nueva Delhi en 2016 en la que se reunió con el primer ministro indio, Narendra Modi, este se comprometió a ayudar a Afganistán con otros 1.000 millones de dólares.
La tensa relación con el vecino Pakistán era uno de los principales puntos en común entre ambos gobiernos, al acusar a Islamabad de intervenir en su territorio a través de terceros actores armados a los que ofrecía cobijo.
Kabul culpaba a Pakistán de albergar a la cúpula de los talibanes afganos, mientras que Nueva Delhi le acusaba de infiltrar terroristas en Cachemira para dar fuelle al movimiento separatista.
Ese apoyo de Islamabad a los talibanes se mostró con la llegada de los islamistas al poder, convirtiéndose Pakistán en uno de los países con una mayor influencia sobre el nuevo Gobierno fundamentalista en Kabul, erigiéndose como un mediador clave con la comunidad internacional.
La India parece tratar ahora de nivelar algo la balanza hacia su lado.
