El acontecimiento atribuido a Montoneros el 2 de julio de 1976 consistió en la colocación de un poderoso artefacto explosivo que detonó en el comedor de la Superintendencia de Seguridad Federal, en la ciudad de Buenos Aires, y ocasionó el fallecimiento de 24 personas y más de 60 heridos.
La decisión de la Sala I de la Cámara Criminal y Correccional Federal va contra la resolución adoptada por la jueza María Servini de Cubría en noviembre pasado, cuando rechazó la solicitud de reapertura de la investigación y juzgamiento de los responsables de los hechos denunciados.
También había rechazado el pedido de ser tenido como querellantes de la Asociación de Abogados por la Justicia y la Concordia, la Asociación “Defensores de Derechos Humanos de Latinoamérica” y tres personas en condición de víctimas, los cuales entonces apelaron la resolución de Servini de Cubría.
El fallo de los camaristas Leopoldo Bruglia, Pablo Bertuzzi y Mariano Llorens consideró “inválida” la resolución de la jueza porque contiene “vicios trascendentes” y “prescindió considerar cuestiones previas y expresamente introducidas en derredor de la maniobra denunciada”, declaró la nulidad de la decisión donde los acusados habían sido sobreseídos y devolvió las actuaciones a la jueza para que vuelva a evaluar el caso, según el texto al que tuvo acceso Efe.
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Entre las “aristas” que la Cámara advirtió están que la magistrada no había ponderado indicó “el posible apoyo de Estados y organizaciones extranjeras que tuvieron las personas implicadas” y “la eventual calificación de crímenes de lesa humanidad o crímenes de guerra, con los nuevos elementos propuestos” o “un posible caso de grave violación a los derechos humanos”.
Quien figura en la carátula del caso y como responsable del ataque es José María Salgado, un integrante de la agrupación guerrillera y ex agente de la Policía.
Salgado ingresó al edificio llevando en un maletín la bomba compuesta por 9 kilos de TNT y bolillas de acero, colocó el artefacto explosivo en una silla que cubrió con un abrigo, luego activó el detonador de tiempo y se retiró del edificio, según recuerda la apelación. Veinte minutos después se produjo la explosión.
El mismo día, Montoneros, cuya conducción nacional estaba bajo la jefatura de Mario Firmenich, emitió un comunicado calificando la misión como “un hecho de guerra”.
Los querellantes en la apelación recordaron que “no se trata de un hecho aislado, sino que se enmarca en los numerosos actos de terrorismo llevados adelante por la Organización Montoneros, entre otras”.
