Convocados por el comité de oposición a la guerra de Ucrania, los manifestantes portaron pancartas en ruso e inglés en las que podían leerse lemas como “no a la guerra, no a la movilización” o “detengan a Putin antes de que sea demasiado tarde”.
"Es evidente que la movilización no cambiará el curso de la guerra, Ucrania y con ella todo el mundo democrático ganarán. Sólo conseguirá prolongar el conflicto, aumentar las pérdidas humanas y los daños económicos", señaló un comunicado de los convocantes.
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Algunos manifestantes portaron banderas ucranianas y otros la enseña blanca-azul-blanca (una bandera rusa a la que se le ha "borrado" la banda roja) que se ha convertido en símbolo de los rusos opositores al conflicto.
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Una manifestante mostró un pelele de cartón de Putin con el lema "de camino a La Haya", expresando el deseo de que el presidente ruso sea juzgado por crímenes de guerra en los tribunales internacionales.
“El régimen de Putin, agonizante, está dispuesto a sacrificar un número incalculable de vidas en Ucrania”, afirmó la convocatoria de la manifestación, denunciando que aunque inicialmente se ha llamado a movilizar a 300.000 efectivos, la cifra real podría acabar siendo de un millón.