"Les aconsejo que a finales de este mes miren sus nóminas. Miren si se aplica y si efectivamente sus derechos se están cumpliendo", dijo durante su alocución semanal a los ciudadanos en formato podcast.
Hasta ahora la retribución mínima por hora se situaba en 9,6 euros y el incremento a 12 euros, que entró en vigor este mes, fue una de las principales promesas electorales con las que hizo campaña Scholz.
"Que tuviéramos que subir el salario mínimo por ley evidentemente no es bueno, porque en realidad lo correcto hubiera sido que los salarios ya hubiesen sido más altos", afirmó el canciller socialdemócrata.
Señaló además que un efecto positivo de la medida es que ha llevado a que muchos sueldos bajos hayan subido incluso por encima de los 12 euros por hora, ya que algunos convenios se han negociado de nuevo con mejores resultados para los trabajadores.
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"Quiero que se respete cualquier trabajo y cualquier rendimiento que tiene lugar en nuestra sociedad y el hecho de que algunos de nosotros ganaran tan poco a pesar de esforzarse tanto, cada día, cada semana, eso no estaba bien", remachó.
La subida de la inflación en Alemania ha impulsado la demanda de mejoras salariales o de otras medidas que compensen la pérdida de poder adquisitivo por parte de los trabajadores.
El sindicato dominante en el sector de la industria metalúrgica alemana, IG Metall, convocó este sábado paros en varios emplazamientos después de que fracasase una tercera ronda de negociaciones con la patronal, que ofrece un pago único de 3.000 euros, mientras que la organización reclama una mejora salarial del 8 %.