Las acusaciones contra China incluyen torturas, actos de violencia sexual, desapariciones de personas o trabajos forzados, entre otros abusos.
Además, el comité instó a China a liberar a todas las personas privadas de su libertad arbitrariamente e internadas en Xinjiang en recintos que Pekín denomina centros de formación profesional pero que grupos de derechos humanos denuncian como campos de reeducación.
El órgano de la ONU también pidió al Gobierno chino el cese de las represalias contra los uigures y el resto de las comunidades musulmanas de China y llamó a que se garanticen indemnizaciones para las víctimas de violaciones de derechos humanos en Xinjiang.
