"Todas las mejoras son posibles a condición de que puedan financiarse", subrayó este miércoles el ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, en una entrevista a la emisora France Info.
Hizo hincapié en que "la única condición" si se altera el proyecto del Ejecutivo, cuyo eje central es retrasar la edad mínima de jubilación de los 62 años actuales a 64, es "volver al equilibrio financiero en 2030" para garantizar así la preservación del sistema de pensiones por reparto, en el que los que cotizan en un momento dado a la Seguridad Social son los que pagan a los jubilados.
La justificación de esta reforma, que tras su adopción en el Consejo de Ministros la semana próxima debe iniciar su tramitación parlamentaria a comienzos de febrero, es hacer frente al déficit previsto en un futuro próximo, que sin cambios sería de unos 10.000-15.000 millones de euros anuales en el horizonte de 2030.
Le Maire afirmó que su Gobierno ya "ha modificado su texto" en los últimos meses tras sus discusiones con los interlocutores sociales y con los partidos.
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En particular, señaló que un tercio del dinero que se puede esperar con el retraso de la edad mínima de jubilación, se va a dedicar a diferentes medidas sociales, como la fijación de una pensión mínima equivalente al 85 % del salario mínimo (unos 1.200 euros mensuales) para los que han cubierto el periodo completo de cotización, que es ahora de 42 años y está subiendo a 43.
Preguntado sobre si las huelgas y manifestaciones que se van a suceder a partir de mañana pesarán en el contenido de la reforma, su respuesta fue que "la reforma dependerá del debate parlamentario", pero también que escuchan "todos" los mensajes de la calle.
Por parte de los sindicatos, que forman un frente común contra la reforma y han convocado de forma conjunta la jornada de huelgas y manifestaciones este jueves, algunos plantean ya paros indefinidos los días siguientes.
En concreto, el secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), Philippe Martínez, pidió a las asambleas que se organicen que voten huelgas cada día "allí donde es posible".
En otra entrevista al canal France 2, Martínez, que está al frente del segundo sindicato del país, insistió en que "las movilizaciones tienen que ser suficientemente fuertes para que cambie el proyecto (de reforma) de arriba abajo".
Su objetivo es claro: "Cuando se da este nivel de descontento, hay razones para que se retire este proyecto".
Según diferentes encuestas de los últimos días, alrededor de dos tercios de los franceses están en contra de la reforma del Gobierno de Emmanuel Macron quien, durante la jornada de protesta de mañana, estará en Barcelona para participar en la cumbre bilateral francoespañola.
Preguntado por si tendría que haber anulado ese desplazamiento, Martínez señaló que, "puesto que ha dicho que iba a escuchar más a los franceses y las preocupaciones de los franceses, es tal vez el día que habría que estar en Francia para escuchar sus reivindicaciones, las de todos los que van a hacer huelga".
