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“El tiempo se está agotando, cientos de personas continúan atrapadas bajo los escombros. Cada segundo puede salvar una vida, llamamos a todas las organizaciones humanitarias y organismos internacionales a que proporcionen apoyo material y ayuda”, urgieron los Cascos Blancos, en su cuenta de Twitter, en relación a las tareas en Siria.
Los equipos de rescate continúan trabajando contrarreloj para encontrar supervivientes pasadas más de 24 horas del seísmo inicial que la madrugada del pasado lunes golpeó cinco provincias del noroeste de Siria, y al que le siguieron varias réplicas, también con epicentro en la vecina Turquía.
Los Cascos Blancos se encargan de socorrer a las víctimas en las zonas de Idlib y Alepo controladas por la oposición siria, mientras que en las regiones controladas por el Gobierno de Bachar al Asad el plan de respuesta depende de las autoridades de Damasco.
En las zonas opositoras, el balance de víctimas asciende ya a 740 muertos y 2.100 heridos, según el último balance ofrecido por los Cascos Blancos.
En todo el país, contando las zonas en manos de diferentes actores, el número de fallecidos supera esta mañana los 1.500 y el de heridos se sitúa en más de 3.500, entre previsiones de que la cifra aumente con el paso de las horas mientras siguen en marcha las operaciones de emergencia.