Esas diferencias ("matices" según lo denominó Sánchez) se pusieron de manifiesto en la comparecencia que protagonizaron en el Palacio de la Moncloa, sede del Gobierno español, después de su reunión junto a varios de sus ministros, con motivo de la visita a España del presidente brasileño.
La posición de Lula respecto a la guerra en Ucrania ha recibido en las últimas semanas críticas tanto de la Unión Europea como de Estados Unidos y del Gobierno de Zelenski, por considerar que Lula pone a las dos partes en igualdad de condiciones.
El presidente brasileño quiso despejar dudas recalcando junto a Sánchez que desde el inicio de la violación de los derechos de Ucrania por Rusia, Brasil lo condenó, pero consideró que "no sirve para nada" decir quién tiene la razón o no y que lo importante es parar la guerra porque solo así se puede dialogar.
Su objetivo, según insistió, es lograr la unión de un grupo de países que no estén en el Consejo de Seguridad de la ONU, en lo que denomina el "G20 de la paz", para intentar conseguir el fin de la guerra.
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Estaría "encantado" de que de ese grupo de países formara parte España, dijo, pero Sánchez no se manifestó al respecto.
Ante la interpretación de que en su viaje a Europa (que incluyó España y Portugal) ha suavizado sus críticas a la UE sobre Ucrania, Lula volvió a asegurar que su posición ha sido siempre la misma y recordó que cuando se supo que países como Alemania venderían armamento a Ucrania, él dijo que Brasil no lo haría.
"Brasil quiere entrar en una zona de paz. Y espero que quede clara esta posición", añadió.
Pese a asumir que Ucrania es el país invadido, Lula lamentó que ni Kiev ni Moscú estén dispuestos a ceder, y cuando se le planteó si cree que Crimea o el Donbás son territorio ruso o ucraniano, evitó decantarse.
"No soy yo el que tiene que decir de quién es Crimea. Cuando uno se sienta a una mesa de negociaciones hay que plantear estas cosas, pero no soy yo quien va a debatir estas cuestiones, sino los rusos y los ucranianos", añadió.
Para él, los dos países "deben parar de destruir (...) y empezar a negociar porque es más barato, más cómodo, más tranquilo y mejor para todos", y avanzó que su Gobierno va a hablar tanto con el presidente ruso, Vladímir Putin, como con Zelenski.
A su juicio, no hay interés en hablar de la paz y por eso cree necesario encontrar un grupo de países que estén dispuestos a ello.
Lula aseguró entender la posición europea al ser en este continente donde se está desarrollando la guerra, y reconoció que mientras algunos de sus países tienen frontera con Rusia, Brasil está "a 14.000 kilómetros de distancia".
"Por eso estoy en una posición más cómoda (...). Todos estamos en contra de la guerra, pero la guerra está ahí y ahora falta la negociación", añadió antes de reprochar a la ONU no haber convocado ya un periodo de sesiones extraordinario para tratar este asunto.
Sánchez agradeció la implicación de Lula en la búsqueda de la paz en Ucrania y su interés por formar un grupo de países que tengan esa meta.
"España y Brasil deseamos lo mismo, la paz, y para que esta paz sea duradera y justa es importante que nos impliquemos todos, que demos por respetados los principios fundamentales del derecho internacional y de la Carta de Naciones Unidas como son la integridad territorial y un orden internacional basado en reglas", añadió.
Pero asumió diferencias: "Podemos tener matices. Yo los tengo respecto a alguna de las cosas que ha dicho el presidente Da Silva".
Pidió no olvidar que en esta guerra hay un agresor, Rusia, y un agredido, el pueblo ucraniano, y consideró que para lograr la paz es fundamental que se tenga en cuenta la propuesta de paz de su presidente, Volodímir Zelenski.
Sánchez se referió a la petición de Lula de hacer una reforma del Consejo de Seguridad de la ONU y afirmó que no cree que lo haga porque considere que está en desuso el sistema multilateral, sino precisamente por lo contrario.
