La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, presentó en Luxemburgo el informe de conclusiones del Fondo sobre su misión en la eurozona, que prevé una recuperación "modesta" de su economía tanto este año como en 2024.
El texto advierte, no obstante, de que la inflación sigue siendo elevada y está aún muy lejos de su objetivo, por lo que serán necesarias más subidas de los tipos de interés.
Una de las primeras peticiones que hace el FMI en su informe es el llamamiento a la consolidación fiscal para "aliviar" las presiones inflacionistas pero también para "reconstruir" el espacio fiscal europeo.
"Un rápido acuerdo en la reforma del marco de gobernanza fiscal y económica ayudaría a la sostenibilidad fiscal a largo plazo", dice el texto.
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En rueda de prensa, la directora gerente del FMI incidió en esta idea y celebró que "las discusiones avancen ahora al territorio de la negociación", al tiempo que pidió un acuerdo "rápido" para que la UE cuente con un "marco sólido" que permita "reducir la deuda de una forma contracíclica y no procíclica".
"Apoyamos la propuesta de la Comisión Europea (...) Va a ayudar a tener una posición (fiscal) más contracíclica, así que apoyamos la dirección de la propuesta", resumió Georgieva.
El informe, además, solicita que el acuerdo recoja ajustes fiscales a medio plazo, aunque recomienda cautela. Y si bien admite que extender el periodo de consolidación fiscal puede ser positivo, también pide no basar la reducción del déficit en previsiones de crecimiento "excesivamente optimistas" que pueden fallar.
El documento del FMI se conoce en esta jornada en la que los Veintisiete tendrán en Luxemburgo el primer debate a nivel político sobre la reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento desde que la Comisión Europea presentó el proyecto legislativo de la misma.
Georgieva advirtió de que la actividad económica de los países de la zona euro se va a ir recuperando "muy gradualmente" y también consideró que la inflación sigue muy alta, además de recalcar que la incertidumbre continua elevada.
Dicha recuperación, apunta el texto, será posible gracias a la mejora de los ingresos, la atenuación de los problemas en las cadenas de suministro o el aumento de la demanda externa a pesar del endurecimiento de las condiciones financieras.
En cuanto a la inflación, aunque se ha reducido ayudada sobre todo por el abaratamiento energético, la subyacente -que no tiene en cuenta ni energía ni alimentos- se ha mostrado más persistente y no ha comenzado a ceder hasta hace poco.
El informe no da cifras actualizadas del PIB o de las previsiones de inflación -llegarán con la actualización de las perspectivas globales en julio-, pero sí insiste en que persisten riesgos que pueden llevar a crecer menos o a que los precios vuelvan a repuntar.
Entre esos riesgos cita una reaparición de las turbulencias financieras, una demanda externa más débil de la esperada, salarios y beneficios más altos que empujen la inflación o nuevos problemas en la cadena de suministro.
