Vestager, que compareció en la comisión de Asuntos económicos de la Eurocámara para justificar ante los eurodiputados el nombramiento, aseguró que "sería un error privar a la Comisión y a los europeos del mejor asesoramiento económico posible".
"No hay tantas personas en el mundo que se ajusten a este perfil tan específico y que además estén dispuestas y disponibles para ocupar un puesto temporal en Bruselas", alegó.
Sin embargo, los eurodiputados de los diferentes grupos políticos cuestionaron no sólo su nacionalidad, sino también el potencial conflicto de intereses que podría rodear a Morton -que ha sido consultora de grandes empresas de internet- y la falta de transparencia de Bruselas, que, con el argumento de confidencialidad, se niega a publicar las empresas en las que ha trabajado.
La comisión de Asuntos Económicos mostró preocupación por que este cargo, clave para la regulación de empresas tecnológicas, lo ocupe un ciudadano de fuera de la Unión Europea y, en especial, esta economista, una académica estadounidense que ha trabajado para gigantes tecnológicos estadounidenses y como consultora en la administración del presidente Barack Obama (2009-2017).
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Bruselas ya aseguró que Morton no podría, durante dos años, ocuparse de los casos que involucren a empresas para las que haya trabajado recientemente, una cuestión en la que incidieron con gran dureza los eurodiputados, ya que el puesto tiene una duración temporal de tres años.
Asimismo, pidieron a Vestager garantías de que Morton, una vez finalice su trabajo en la Comisión Europea, no pueda acceder, en un periodo de tiempo, a cargos en aquellas empresas en cuyos expedientes haya trabajado como economista jefe de Competencia y que tampoco pueda trabajar como consultora en la administración de EE.UU.
La comisaria de Competencia, por su parte, aseguró que en los últimos años Bruselas "ha endurecido" las reglas para evitar conflictos de interés una vez que los trabajadores terminen su relación con la institución, pero alegó que el debate sobre "puertas giratorias" debe darse más allá de este nombramiento.
Por su parte, el comisario de Presupuesto y Administración, Johannes Hahn, explicó en un encuentro con medios, entre ellos EFE, que es responsabilidad de cada Dirección General definir el "perfil del trabajo" de cada puesto y que Bruselas tiene "un procedimiento muy bien establecido sobre cómo elegir directores".
Los altos cargos de la Comisión Europea tienen un requisito de nacionalidad que, de forma excepcional, fue derogado para este puesto en una reunión de comisarios en marzo.
"Hemos propuesto (para este caso) una derogación bastante inusual, aunque posible, para quitar el requisito de nacionalidad", explicó Hahn, que aseguró que "todo el procedimiento avanzó según las reglas", pues todos los comisarios ratificaron el nombramiento.
No obstante, aseguró que pese a que es "una decisión y una prerrogativa” de cada departamento “identificar sus necesidades”, el departamento del austriaco advirtió de que el nombramiento de Morton "podría ser sensible".
Francia ha criticado duramente la decisión de Vestager, la última vez esta misma tarde por medio del presidente del país, Emmanuel Macron, quien a su salida de la cumbre UE-Celac incidió en que "no es necesariamente la decisión más coherente" aunque la elegida tenga "gran competencia y legitimidad académica".
Macron se preguntó si no existe ningún investigador europeo con las competencias necesarias para ocupar el puesto, lo que sería "extremadamente preocupante", y subrayó que en Estados Unidos o China no se elige a investigadores europeos para este tipo de puestos dado que la ley ni siquiera lo permite.
"De hecho, nuestras leyes normalmente también lo impiden, ha sido un procedimiento de excepción y no creo que sea el mejor tema para hacerlo", dijo el presidente francés, quien recordó que Scott Morton no podrá pronunciarse sobre ciertos casos al haber trabajado para muchas empresas privadas en el pasado, lo que hace "bastante inoperante" la contratación.