El presidente de Nigeria exige un rescate rápido de los estudiantes raptados el viernes

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Lagos, 25 sep (EFE).- El presidente de Nigeria, Bola Tinubu, ordenó a las agencias de seguridad del país que se apresuren a "rescatar" a los estudiantes de la Universidad de Gusau (noroeste) secuestrados el pasado viernes, después de que las autoridades locales anunciasen el rapto de al menos treinta personas.

"(Tinubu) ha dicho que no existe ninguna justificación moral para cometer crímenes tan atroces contra víctimas inocentes, cuyo único ‘delito’ fue buscar una educación de calidad", señaló el portavoz del presidente nigeriano, Ajuri Ngelale, en un comunicado recogido por los medios locales a última hora del domingo.

El mandatario también "reiteró" la determinación de su Gobierno de "proteger a todos los ciudadanos nigerianos y, en consonancia con este compromiso, asegurar a los familiares de los estudiantes secuestrados que no se escatimarán esfuerzos para garantizar su regreso seguro".

Asimismo, prometió más esfuerzos para "garantizar" que las "instituciones educativas" estén "totalmente libres de los actos y las amenazas de los terroristas".

El secuestro de estudiantes de la Universidad de Gusau ocurrió el pasado viernes a alrededor de las 3.00 hora local (2.00 GMT), cuando un grupo aún sin identificar de hombres armados irrumpió en la localidad de Sabon Gida, donde vivían los rehenes.

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Se llevaron al menos a treinta personas, incluidos 24 estudiantes, indicó a EFE el portavoz del gobernador del estado de Zamfara (donde ocurrió el incidente), Mugira Yusuf.

Sin embargo, Attahiru Mohammed, secretario de la Coalición de la Sociedad Civil de Zamfara (ZASCON), elevó el número de rehenes a 37.

El Ejército nigeriano confirmó a EFE más tarde el rescate de seis de los estudiantes, después de una intensa persecución por parte de las Fuerzas de Seguridad.

Algunos estados de Nigeria -sobre todo del centro y noroeste del país- sufren ataques incesantes por parte de "bandidos", término usado en el país para nombrar a las bandas criminales que cometen asaltos y secuestros masivos para pedir cuantiosos rescates.

Los ataques se repiten pese a las repetidas promesas del Gobierno nigeriano de terminar con la violencia, que ha reforzado el despliegue de las fuerzas de seguridad.

A esta inseguridad se suma la ocasionada desde 2009 por la actividad del grupo yihadista Boko Haram en el noreste del país y, a partir de 2016, también de su escisión, el Estado Islámico en la Provincia de África Occidental (ISWAP, por sus siglas en inglés).