El Banco Santander obtuvo la cifra histórica de 8.143 millones, un 11,3 % más, gracias a la mejora de los ingresos, con lo que en el conjunto del año obtendrá un resultado superior a los 10.000 millones, una nueva marca.
A continuación figura el BBVA, que este martes anunció un beneficio nunca antes visto de 5.961 millones entre enero y septiembre de este año, un 24,3 % más, gracias a la fortaleza de los ingresos recurrentes.
La rentabilidad alcanzó el 17 %, con lo que la entidad destaca que se sitúa como "uno de los bancos más rentables de Europa".
El tercer grupo con mayores beneficios, CaixaBank, ganó de enero a septiembre 3.659 millones, un 48,2 % más, igualmente impulsado por el alza de los tipos de interés, aunque su consejero delegado, Gonzalo Gortázar, denunció que el sector sufre una "discriminación adicional" por el impuesto a la banca, aprobado por el Gobierno de coalición progresista, que pretenden alargar si consiguen revalidar el ejecutivo.
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En el caso del Sabadell, el banco también se anotó un nuevo récord, con 1.028 millones de ganancia de enero a septiembre, un 44,9 % más que un año antes, cifra que supera a su mejor marca anual de resultados obtenida en 2006.
Bankinter, por su parte, se anotó un nuevo récord con un beneficio de 685 millones hasta septiembre, un 59 % más, igual que Unicaja Banco, la sexta entidad, que obtuvo un beneficio de 285 millones en los nueve primeros meses del año, casi un 5 % más.
Como referencia, esos 19.761 millones de euros de beneficio es superior al presupuesto español de Defensa de este año (12.317 millones), a los 12.075,3 millones de euros que el Gobierno se gastó en octubre en las pensiones de la Seguridad Social, y más de cinco veces superior a los 3.522 millones presupuestados este año para atender a las personas dependientes.
Rentabilidad insuficiente
A pesar de la mejora de los resultados y los multimillonarios beneficios obtenidos, los principales banqueros siguen criticando el impuesto especial al sector y aun más la posibilidad de alargarlo en el tiempo.
El argumento más recurrente es que los beneficios no son extraordinarios, y que la rentabilidad, aunque ha mejorado considerablemente, sigue siendo insuficiente para atraer el capital de los inversores.
En diciembre de 2022, a propuesta del Gobierno, el Parlamento aprobó un impuesto a la banca por beneficios extraordinarios para dos ejercicios (2023 y 2024), que no puede deducirse ni repercutirse.
La prestación grava con un tipo del 4,8 % el margen de intermediación, es decir, los intereses netos -diferencia entre los que cobra y los que paga- y las comisiones netas -diferencia entre las cobradas y pagadas-.
El Gobierno espera recaudar 1.500 millones anuales, que se destinarán a financiar medidas para mitigar la subida de los precios derivada de la guerra en Ucrania.