El ministro de Industria para la Defensa, Pat Conroy, indicó durante un discurso en el Club Nacional de Prensa que Australia se encuentra en la actualidad ante el "entorno estratégico más desafiante desde la Segunda Guerra Mundial".
"Cuando miramos hacia la región, vemos una competencia cada vez más intensa entre las grandes potencias, una aceleración del desarrollo militar, un aumento de las tensiones y una reducción del tiempo de alerta para los conflictos", remarcó el ministro.
Por ello, Conroy defendió la alianza AUKUS, sellada en septiembre de 2021, que tiene por objetivo la cooperación de los tres miembros en varios sectores de seguridad y que tiene a China como su gran rival por la hegemonía de la región del Indopacífico.
Uno de los pilares del pacto es la adquisición y construcción de cinco submarinos nucleares para Australia, que podría ampliarse en el futuro, que costarán hasta 368.000 millones de dólares australianos (245.000 millones de dólares estadounidenses) en los próximos 30 años.
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Un plan duramente criticado por Pekín, que ha acusado al trío de países de alimentar una carrera armamentística en la región.
"La carrera armamentista es la mayor que ha habido desde 1945, y es por eso que rechazo las afirmaciones (...) de que Australia está de alguna manera alimentando esa carrera armamentista. Estamos respondiendo a ella", matizó el ministro en el turno de preguntas.
Conroy además dijo que "el conflicto está lejos de ser inevitable", aunque reafirmó que Australia seguirá invirtiendo lo necesario en mejorar su capacidad de defensa con el objetivo de "disuadir el conflicto antes de que comience y, ciertamente, antes de que llegue a nuestras costas".
El representante del Gobierno de Camberra argumentó la adquisición de los submarinos para proteger a la nación -bañada por los océanos Índico, Pacífico y Antártico- y sus rutas comerciales.
En tiempos de paz se usarán para "recopilar información de inteligencia" y para "atacar objetivos enemigos" durante una hipotética guerra, subrayó el ministro.
La fabricación de los mencionados sumergibles convertirá a Australia en el séptimo país con capacidad para operar un submarino de propulsión nuclear, aunque el país austral ha mantenido en todo momento que no desplegará armas nucleares en ellos.
