Putin acudió el jueves al monasterio Alexandr Nevski en San Petersburgo con un ramo de rosas rojas, que colocó sobre la lápida del general fallecido en 1800.

"Su hazañas hablan por sí mismas", dijo Putin, dirigiéndose al patriarca ortodoxo Kiril, que le acompañaba.

Suvórov, que tuvo un papel crucial en la guerra contra los turcos y polacos bajo Catalina la Grande, también llegó a conquistar Milán y Turín.

Comparado como estratega militar con Napoleón, nunca perdió una batalla de las más de 60 en las que combatió, según la historiografía rusa.

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Además, Putin recibió de manos de Kiril un icono de Alexandr Nevski, el príncipe medieval que derrotó a los invasores suecos en el siglo XIII.