En concreto, el Ejecutivo comunitario busca aportaciones tanto de la industria como de otros actores del mercado para evaluar la idoneidad de las reglas vigentes que buscan ayudar a las firmas automovilísticas a evaluar la compatibilidad de sus "acuerdos verticales", que son aquellos en los que se integran empresas del mismo sector pero con actividad en distintos segmentos de proceso productivo.
Con este proceso, Bruselas quiere entender cómo podría evolucionar el sector hasta 2028 en función de las "tendencias actuales", teniendo en cuenta también la competencia global en esta industria.
"Queremos garantizar que nuestro marco antimonopolio sigue el ritmo de rápidos cambios en el sector de los vehículos de motor, que van desde la digitalización a nuevas tendencias de movilidad", explicó la vicepresidenta de la Comisión Europea responsable de Transición Limpia, Teresa Ribera, también comisaria de Competencia.
La política española añadió que el objetivo del proceso es "aprovechar la experiencia" de actores del mercado como fabricantes de automóviles o talleres de reparación independientes", a los que Bruselas quiere ofrecer reglas que "sigan impulsando la innovación y protegiendo una competencia justa".
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La consulta pública estará abierta a todas las partes interesadas en participar hasta el 23 de mayo de este año y la Comisión Europea analizará y publicará un resumen de los "principales puntos" y conclusiones derivadas de este proceso.
El Ejecutivo comunitario también consultará a las autoridades nacionales de Competencia y estudiará en función de los resultados obtenidos posibles revisiones de las reglas en una fase posterior que tendría lugar ya en 2026.
