"La Cumbre puso fin al mandato de la SAMIDRC (siglas con las que se conoce a la misión militar del bloque) y ordenó el inicio de una retirada gradual de las tropas de la SAMIDRC de la República Democrática del Congo", afirmaron los líderes en un comunicado conjunto emitido al término de una cumbre extraordinaria virtual de este bloque regional de dieciséis países.
La decisión se tomó después de que 18 soldados (la mayoría sudafricanos) de la SAMIDRC murieran a finales de enero pasado cuando el M23 avanzaba hacia Goma, capital de la provincia de Kivu del Norte, que acabó tomando tras intensos combates con el Ejército congolés.
La cumbre, presidida por el presidente de Zimbabue y jefe de turno del bloque, Emmerson Mnangagwa, reafirmó su "firme compromiso" de seguir apoyando a la RDC en "su búsqueda de salvaguardar su independencia, soberanía e integridad territorial, así como la paz, la seguridad y el desarrollo sostenibles".
Los líderes también reiteraron "la necesidad de una solución política y diplomática con todas las partes, incluyendo las partes estatales y no estatales, militares y no militares" en el este de la RDC para "el restablecimiento de la paz, la seguridad y la tranquilidad en el país".
"Es crucial que, de ahora en adelante, infundamos un mayor sentido de urgencia a nuestros respectivos planes de trabajo. El énfasis debe estar en las estrategias colaborativas para mejorar la paz y la seguridad en la RDC", declaró Mnangagwa durante la apertura de la cumbre.
"Las repercusiones de la inestabilidad van más allá de las fronteras de la RDC y afectan a toda la región", advirtió el presidente zimbabuense.
Además de Mnangagwa y del presidente de la RDC, Félix Tshisekedi, asistieron a la cumbre sus homólogos de Tanzania, Samia Suluhu Hassan; Mozambique, Daniel Chapo; Sudáfrica, Cyril Ramaphosa; Botsuana, Duma Boko; Namibia, Nangolo Mbumba; y Zambia, Hakainde Hichilema, entre otros líderes y representantes.
"Es esencial un proceso de diálogo inclusivo e integral para reforzar los mecanismos de seguridad que salvaguarden los derechos humanos y la dignidad de las comunidades afectadas", aseveró el jefe de turno del grupo.
El dirigente hizo esas declaraciones después de que Angola, que forma parte de la SADC y actúa como mediadora en el conflicto, anunciara anoche que el Gobierno de la RDC y el M23 iniciarán negociaciones directas de paz el próximo 18 de marzo en la capital angoleña, Luanda.
El M23, que cuenta con apoyo de Ruanda -según la ONU y países como EE.UU., Alemania y Francia-, controla las capitales de las provincias de Kivu del Norte y Kivu del Sur, fronterizas con Ruanda y ricas en minerales como el oro o el coltán, fundamental en la industria tecnológica y en la fabricación de teléfonos móviles.
El número de muertos por el conflicto en la capital de Kivu del Norte, Goma, y alrededores superó los 8.500 desde el pasado enero, según detalló a finales de febrero el ministro congoleño de Salud Pública, Samuel Roger Kamba.
En esa provincia se reanudó la actividad armada del M23 -grupo formado principalmente por tutsis que sufrieron el genocidio ruandés de 1994- en noviembre de 2021 con ataques relámpago contra el Ejército congoleño.
Desde entonces, ha avanzado por varios frentes, lo que ha elevado los temores a una posible guerra regional.
Desde 1998, el este de la RDC está sumido en un conflicto alimentado por milicias rebeldes y el Ejército, a pesar de la presencia de la misión de paz de la ONU (Monusco).