En un comunicado emitido a última hora del sábado, la Monusco calificó ese acuerdo como "un paso importante en favor de la paz, la estabilidad y desarrollo sostenible en el este de la República Democrática del Congo (RDC) y en toda la región de los Grandes Lagos".
La ministra de Asuntos Exteriores de la RDC, Thérèse Kayikwamba Wagner, y el de Ruanda, Olivier Nduhungirehe, así como el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, que actúa como mediador, firmaron este viernes en Washington una Declaración de Principios para impulsar las negociaciones de paz.
"La firma de esta declaración refleja el deseo de consolidar los avances logrados mediante los esfuerzos anteriores y allanar el camino para una cooperación fortalecida. La Monusco sigue dispuesta a apoyar esfuerzos de implementación, particularmente en la protección de los civiles y la consolidación de la paz", declaró el jefe interino de la misión, Bruno Lemarquis.
La Monusco instó a la RDC y Ruanda a "continuar por este camino constructivo y a trabajar hacia la implementación rápida y de buena fe de todos los compromisos asumidos, en particular la finalización de un proyecto acuerdo de paz dentro del plazo acordado".
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El pacto de Washington se firmó después de que este miércoles el Gobierno congoleño y el M23 emitieran un comunicado conjunto en el que acordaron trabajar para lograr una "tregua", tras el diálogo que mantuvieron en las últimas semanas en Doha bajo auspicio de Catar.
El conflicto se intensificó a finales del pasado enero, cuando el M23 tomó Goma, capital de la provincia de Kivu del Norte; y después ocupó en febrero Bukavu, capital de la vecina Kivu del Sur.
Ambas provincias son fronterizas con Ruanda y ricas en minerales como el oro o el coltán, fundamentales para la industria tecnológica y en la fabricación de teléfonos móviles.
El Gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, ha mostrado interés en impulsar inversiones de su país en yacimientos de minerales de RDC y Ruanda.
Desde la escalada del conflicto, según la ONU, cerca de 1,2 millones de personas se han visto desplazadas en ambas provincias.
La actividad armada del M23, grupo formado principalmente por tutsis que sufrieron el genocidio ruandés, se reanudó en Kivu del Norte en noviembre de 2021 con ataques relámpago contra el Ejército congoleño.
El este de la RDC está sumido desde 1998 en un conflicto alimentado por milicias rebeldes y el Ejército, a pesar de la presencia de la Monusco.
