Según informó este miércoles la compañía, el resultado bruto de explotación (ebitda) alcanzó los 4.643 millones de euros (5.293 millones de dólares), un 20,7 % menos en comparación interanual, en tanto que el negocio subió un 1,5 %, hasta los 12.864,7 millones de euros (14.665 millones de dólares).
No obstante, si se excluyen las ganancias de la desinversión de activos de generación térmica en el primer trimestre de 2024, el beneficio neto de Iberdrola crece un 26 %; y el ebitda se eleva un 12 %.
En el trimestre, la energética española invirtió 2.720 millones de euros (3.100 millones de dólares), lo que supone un crecimiento del 14 % respecto al mismo periodo del año anterior.
EE. UU. y el Reino Unido fueron los principales destinos, con un 65 % de la inversión total.
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Cerca del 50 % del resultado operativo bruto procede de EE. UU. y el Reino Unido, con una subida de más de 20 puntos en un año, por las inversiones orgánicas y la integración de la distribuidora británica ENW, lo que compensó la caída del 17 % del ebitda de Iberdrola en España.
Además, la energía distribuida por las redes de Iberdrola sigue en máximos por el aumento de la demanda en todos los países en los que opera con esta actividad: España, Reino Unido, EE. UU. y Brasil.
La liquidez del grupo eléctrico se situó en los 20.900 millones de euros (23.826 millones de dólares), lo que le permitiría cubrir 19 meses de necesidades financieras sin recurrir al mercado.