La manifestación en la capital lusa, en la que participaron muchos jóvenes, aunque también gente de otras edades, partió de la Praça de Luís de Camões y llegó hasta los aledaños de la Praça do Comércio, en pleno corazón turístico, plagado de hoteles y otros tipos de alojamientos para los visitantes, donde apenas quedan vecinos portugueses.
"Quiero techo, quiero suelo, quiero derecho a la vivienda", "casa para vivir" o "en la calle luchar, luchar para tener casas para vivir" fueron algunos de los lemas que los participantes corearon.
"El salario no llega"
El activista André Escoval, portavoz de unas de las plataformas organizadoras de la marcha, Porta a porta, explicó a EFE que actualmente en Portugal "es imposible" conseguir una residencia para vivir: "El salario no llega para pagar el alquiler y los alquileres suben muchas veces a más del doble del salario medio".
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Pese a haber experimentado subidas en los últimos años el sueldo mínimo en el país ibérico no llega a los 1.000 euros y actualmente está fijado en 870 euros mensuales.
"El 75 % de los portugueses reciben menos de 1.000 euros al mes", recordó Escoval, quien apuntó que han salido hoy para pedir al Gobierno del primer ministro Luís Montenegro (centroderecha) que controle los alquileres y baje los precios, además de aumentar la duración de los contratos y acabar con los desahucios.
La protesta trascurrió de forma pacífica en medio de un despliegue policial y ante la mirada curiosa de muchos turistas que paseaban hoy por el casco de Lisboa, que grababan con sus móviles la manifestación.
La ola de calor, con 41 grados centígrados, según marcaba el termómetro de una farmacia en la Praça de Luís de Camões no disuadió a los manifestantes de recorrer las calles con pancartas con mensajes como 'tanta gente sin casa, tanta casa sin gente', 'una Lisboa sin moradores es solo un escenario' o 'casa para vivir no para especular'.
Regresar a casa de los padres
Catarina, de 53 años, poeta y funcionaria, señaló a EFE que ha acudido a esta marcha porque a su edad ha tenido que regresar a casa de sus padres por no permitirse el pago de un alquiler.
"Llevo más de 20 años trabajando para la administración del Estado y no puedo permitirme el lujo de pagar la renta de un apartamento de una habitación para mí", dijo a EFE, mientras enseñaba un cartel donde daba detalle de su situación para "que todo el mundo lo sepa".
En otra parte de la protesta, estaba otra mujer que también se llama Catarina y que había decidido manifestarse junto a unos amigos para solicitar al Gobierno que reaccione.
"Portugal se ha puesto de moda, los extranjeros quieren venir aquí y la gente con dinero se han aprovechado de eso", se quejó esta auxiliar administrativa de una ONG de sostenibilidad.
"La vivienda no puede ser un negocio"
En ese sentido, agregó que los fondos inmobiliarios se han dedicado a comprar casas en masa y se han enriquecido: "La vivienda no puede ser un negocio, la vivienda tiene que ser para todos", zanjó.
Entre las prioridades del nuevo Ejecutivo de Montenegro, salido de las elecciones de mayo pasado, está la ejecución de 59.000 viviendas públicas y crear un régimen "excepcional" y temporal que acelere la construcción y renovación por oferta privada o cooperativa, aunque no se muestra a favor de controlar los alquileres.
En la protesta estuvo presente el candidato a la Presidencia del país André Pestana, coordinador del sindicato de profesores STOP.
Pestana opinó, en declaraciones a EFE, que Portugal podría haber resuelto este problema con "una fracción" del dinero que quiere destinar ahora a aumentar el gasto en defensa, como pide la OTAN.
"Portugal se ha comprometió a pasar de un presupuesto en defensa de 4.400 millones de euros a cerca de 10.000", remarcó el sindicalista, quien apuntó que esa cantidad podría destinarse a un plan nacional de obras públicas, a movilizar las 730.000 casas abandonadas o vacías que hay en el país o para "tabular" los alquileres y préstamos para vivienda.
