Así lo avanzó el primer ministro, Li Qiang, durante una reunión del Consejo de Estado (el Ejecutivo chino) el miércoles, en la que llamó a "espolear el desarrollo de alta calidad" del sector de los vehículos eléctricos y a "atajar la competencia irracional".
Si bien el resumen del encuentro, ofrecido anoche por la agencia oficial Xinhua, no ofrece detalles concretos de las medidas, estas pasarán por una "mayor regulación del orden del mercado", el refuerzo del seguimiento a costos y precios o la "mejora" de los mecanismos para regular la competencia a largo plazo.
A principios de año, el secretario general de la patronal CPCA, Cui Dongshu, ya había avanzado que la guerra de precios entre las automotrices en China continuaría a lo largo de 2025 ante un trasfondo de competencia "extremadamente feroz".
En los meses siguientes, tanto marcas locales como internacionales -por ejemplo, Tesla o la empresa conjunta entre la china GAC y la japonesa Toyota- anunciaron planes de pagos sin intereses, reducciones de cuotas de entrada o rebajas de precios en algunos de sus modelos.
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A finales de mayo, las alarmas volvieron a saltar en el sector después de que BYD -líder mundial en venta de eléctricos- anunciara descuentos de hasta el 34 % en una veintena de modelos, una "potente señal", según analistas, de "lo difícil que está el mercado".
El mes pasado, Bloomberg afirmó que Pekín había convocado a los directivos de los principales fabricantes de eléctricos para pedirles que se "autorregularan" y que no vendieran coches por debajo de costo o con descuentos "poco razonables".
La fuerte competencia en el mercado chino, marcado asimismo por una menor demanda derivada de la ralentización y la incertidumbre a nivel económico, se ha traducido también en la búsqueda, por parte de los fabricantes, de nuevos mercados en el exterior, lo que les ha valido también el escrutinio de las autoridades en Estados Unidos o la Unión Europea (UE) y ha provocado una respuesta en forma de aranceles.