Al Zubaidi, jefe del Consejo de Transición Sureño del Yemen (CTS) -respaldado por Emiratos Árabes Unidos (EAU)-, afirmó que el "liderazgo abandonó su responsabilidad de liberar a los ciudadanos de la opresión de las milicias", en declaraciones difundidas por el canal de televisión Aden al Mustaqillah, gestionado por el CTS.
También instó a las fuerzas del norte del Yemen a "unirse y prepararse" para lo que describió como "una batalla decisiva contra los hutíes".
Estos comentarios se producen a pesar de que Al Zubaidi forma parte del Consejo de Liderazgo Presidencial del Yemen, compuesto por ocho miembros y presidido por Rashad al Alimi, político norteño.
Este consejo se formó en 2022 para unificar a las facciones antihutíes y gestionar el país durante el prolongado conflicto.
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El Consejo de Transición Sureño lleva mucho tiempo buscando la restauración de un Yemen del Sur independiente, que existió como Estado hasta su unificación con el norte en 1990.
En los últimos años, el grupo ha consolidado su control sobre amplias zonas del sur del Yemen y, más recientemente, ha ampliado su presencia militar a las provincias orientales que anteriormente estaban bajo el control de las fuerzas gubernamentales, respaldadas por Arabia Saudí.
Estas operaciones han aumentado el temor a un nuevo conflicto interno entre los aliados que luchan contra los hutíes.
Tras los últimos avances militares de los secesionistas en el este del Yemen, altos funcionarios del gobierno, incluido Al Alimi, abandonaron la ciudad portuaria sureña de Adén con destino a Arabia Saudí.
Arabia Saudí, que lidera la coalición que respalda al gobierno yemení, ha instado a los separatistas a retirar sus fuerzas de las provincias orientales de Hadramut y Al Mahra.
Yemen se encuentra sumido en una guerra desde 2014, cuando los hutíes tomaron Saná y gran parte del norte, lo que llevó a la coalición liderada por Arabia Saudí a intervenir al año siguiente en apoyo del Gobierno reconocido internacionalmente.
El conflicto causó la muerte de decenas de miles de personas y ha llevado al país al borde de la hambruna.
A pesar de los altos al fuego periódicos y los esfuerzos de paz, las profundas rivalidades políticas, incluidas las ambiciones secesionistas del CTS, siguen dificultando los intentos de poner fin a la guerra y reunificar el país.
