Me refiero a quienes, en periodo de cuarentena, han decidido libremente recorrer calles, salir de sus casas, visitar amistades o disfrutar de la Semana Santa paraguaya, pese al riesgo que el contacto estrecho (sea por conglomerado o social) pueda conllevar a la salud comunitaria y hasta la propia. Algún sociólogo describiría este comportamiento como: personas cuyas conductas violan las expectativas y normas de una sociedad; no aceptan el control social dispuesto, en términos más concretos: DESVIACIÓN SOCIAL.
Estas personas cuentan con ciertas características como:
Egocentrismo: les cuesta el proceso cognitivo que los lleva a ponerse “en el lugar de otras personas”, no cuentan con suficiente empatía.
Inmunidad mágica: piensan que las consecuencias negativas de sus actos son improbables. A mí no me pasará, yo soy inteligente, superior.
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Oposicionista: Tienden a oponerse o hacer lo contrario de lo establecido por la autoridad, solamente por el simple hecho de no obedecer. Se sienten inferiores si reciben algún tipo de orden o imposición, por más que esta solicitud esté bien fundamentada (como es el caso del distanciamiento social).
Intolerantes: en el amplio sentido de la palabra, no son capaces de tolerar a personas y tampoco toleran la frustración, o tiempos prolongados sin recibir recompensas o realizar conductas placenteras.
Amigo lector, somos un pueblo que necesita más que nunca de la responsabilidad colectiva. Unidad sólida. En todo rebaño existen ovejas negras y perdidas. Si conoces a alguna, en esta Semana Santa no abandones tu rebaño, no la busques, mejor llamá al 911.
Jorge Escurra