En comunicación con ABC TV este viernes, el doctor Raúl Ramírez Nizza, que fue infectado con COVID-19 en marzo y ya se encuentra recuperado de la enfermedad, reflexionó sobre la experiencia de padecer la nueva enfermedad y las formas en las que lidió con la ansiedad y el miedo de su cuadro de salud.
El doctor Ramírez Nizza atendió a la persona que luego fue identificada como el primer caso positivo de COVID-19 en Paraguay, presumiblemente contrayendo el virus en el acto, a principios de marzo, antes de que el Gobierno declarara una cuarentena general que se mantendrá al menos hasta el próximo fin de semana.
“Lo que me llevó a internarme fue que tenía una fiebre que no pasaba”, comentó el médico, revelando que una radiografía que se le practicó para intentar hallar la causa de la fiebre revelaba una infección en los pulmones, que luego llevó a un diagnóstico de neumonía grave.
“Veinticuatro horas después me hacen el estudio (de COVID-19), en ese entonces solo el Ministerio de Salud podía hacer el estudio, y me confirman”, agregó.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
El galeno recordó el miedo y la ansiedad que sintió debido a la combinación del cuadro de neumonía, ya de por sí algo extremadamente preocupante, con la adición de la nueva enfermedad, que se expandía a gran velocidad por el mundo y que pronto cobraría en Paraguay su primera víctima fatal, el doctor Hugo Díez Pérez, un colega del doctor Ramírez.
“Estuve tan desconectado (de las noticias, durante la internación) que no me enteré (de la muerte del doctor Díez Pérez). Sabía que estaba internado, pero me enteré de que falleció recién cuando salí de alta”, recuerda el doctor Ramírez. “Lo sentí mucho en el alma porque era un compañero de trabajo, lo apreciaba como un amigo e incluso como un maestro en muchos sentidos, he orado por él y confío en que estará en un mejor lugar”.
Lea más: Covid-19 se cobra su primera víctima
Durante su hospitalización, el doctor Ramírez fue internado en sala común, en un área especial para pacientes infectados con virus en el Centro Médico Bautista. Se mantuvo en el hospital durante casi 14 días, tras los cuales recibió el alta y regresó a su casa, aunque con una estricta orden de mantener su aislamiento otras dos semanas y someterse a controles regulares para monitorear la evolución de su salud, hasta que esta semana los resultados médicos demostraron una mejoría definitiva y se le autorizó volver a trabajar, aunque de momento exclusivamente en tareas administrativas.
Para mantener la moral alta, el médico señala que se apoyó en la “contención emocional” que le daban su familia, amigos y las autoridades del centro médico, con quienes se mantenía en constante contacto telefónico, y en la religión.
Señaló que personalmente no experimentó discriminación por su cuadro de COVID-19, pero opinó que “si eso se da es por el miedo; algunos lo tenemos más que otros, lo malo es cuando el miedo se generaliza, porque el comportamiento de masas es distinto al comportamiento individual”.