“La prolongada sequía que afecta a la región desde el segundo semestre de 2019 y que permanece hasta estos días, establecerá al 2020 como el año de menor producción de Itaipú en los últimos 25 años, generando incluso menor cantidad que en 1995, cuando había concluido con 77.212.396 MWh”, se lee en uno de los párrafos del informativo oficial, que no menciona empero que en ese año la usina operaba aún con 18 grupos.
Sobre las causas señalan que “Las circunstancias especiales de este año han colocado desafíos técnicos muy difíciles, a pesar de ello la central de Itaipú alcanzó este valor... aún con la sequía más severa, que no tiene comparación con ningún otro año desde la entrada en operación de la planta en 1984, sumado a las restricciones impuestas por la pandemia y que afectaron los mercados consumidores de ambos países...”.
El material añade que hasta el domingo último, la central registró una producción acumulada de 75.648 GWh, un dato relevante no solo porque refleja la fuerte caída –con justificación– de sus niveles de producción, sino también –principalmente para nuestro país, la siguiente situación: “valor que está determinado como la energía garantizada de la usina...”, hablan de los 75.648 GWh.
En otro de los párrafos del material en cuestión, sugieren que esta cantidad, la correspondiente a la producción de 2020 es solo, “...de referencia, a efectos presupuestarios y, consecuentemente, es utilizada para el cálculo de la tarifa; pero dejando absolutamente en claro que la misma no representa compromiso contractual alguno”.
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Jorge Miguel Samek, director general brasileño de Itaipú hasta 2016 (ABC, 26/12/16), año en que la binacional produjo 103.098 gWh, decía a los colegas brasileños en Foz de Yguazú, más interesados en el futuro político del Sr. Samek que en las “tediosas” cifras de Itaipú, revelaba que la gran central cubre sus costos con la producción y, por ende venta de 75.000 gWh y que lo que produzca “a mais vem de desconto para o setor elética brasileiro e paraguaio”. Recordemos que el costo de producción de esta energía (garantizada) ronda los US$ 44/MWh.
La generada “a mais”, conocida como adicional o superior a la garantizada (RCA-020/02), no es un descuento, como afirmaba Samek, pero sí mucho más barata que la garantizada, alrededor de US$ 5/MWh. El año pasado, por ejemplo, Itaipú genero 79.445 GWh, o sea la energía barata, cuyo aprovechamiento garantiza un buen nivel tarifario, especialmente para la ANDE, rondaba los 4000 GWh, y que conste que era ya uno de los niveles más bajos de producción de Itaipú.
En otras palabras, visto que casi no sobra “energía barata”, la factura que remita la binacional a la ANDE aumentará vigorosamente, el promedio de 2019 ya estuvo en US$ 42,37/MWh, US$ 6,73/MWh más que en 2018, y la empresa eléctrica caerá en la encrucijada de pedir un subsidio al Estado o aumentar sus tarifas, tal como ocurrió en marzo de 2017.