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El escándalo del borrador de acuerdo para el pago de la deuda de Petropar con PDVSA es apenas el último de los varios que ya han sacudido al gobierno de Mario Abdo en sus dos primeros años y medio de gobierno.
La primera gran desvergüenza fue la relacionada con el acta secreta de Itaipú, que saltó antes de que la era Abdo llegara a su primer año. El entonces presidente de la ANDE, Pedro Ferreira, reveló un acuerdo firmado dos meses antes, el 24 de mayo de 2019 de forma secreta entre los presidentes de Paraguay y Brasil, Mario Abdo Benítez y Jair Bolsonaro. Ninguno de los puntos acordados favorecía al Paraguay.
El texto, que constaba de varios puntos, cedía soberanía sobre Itaipú en cuanto la energía eléctrica que correspondía a Paraguay.
Con el mismo nivel de secretismo, el 2 de diciembre último, el entonces procurador general de la República, Sergio Coscia, y el titular de Petropar, Denis Lichi, firmaron un acuerdo con el cual pretendían pagarle nada menos que US$ 7 millones a la firma Texos Oil. Con ese “pacto conciliatorio” se buscaba finiquitar una dudosa demanda que hizo la compañía del país vecino, representada por Sergio Guillermo Marsiletti.
Apenas unas semanas después, el diario The Washington Post reveló dos borradores de un contrato por el cual se iba a condonar la deuda de Petropar con la estatal venezolana PDVSA, que según Paraguay es de US$ 269 millones y de acuerdo a Venezuela asciende a US$ 290 millones.
Según dicho medio, el acuerdo incluía el millonario pago a un abogado y mencionó al ministro Juan Ernesto Villamayor.