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El senador por el Partido Patria Querida, Fidel Santiago Zavala Serrati, quien estuvo secuestrado en poder del grupo terrorista Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) entre el 15 de octubre de 2009 y el 17 de enero de 2010, envió una nota a la fiscala general del Estado, Sandra Raquel Quiñónez Astigarraga, en la que pidió a esta que no se tomen con ligereza, “sino más bien con todo el rigor y seriedad que este tipo de actos lo ameritan”, las publicaciones sobre la intervención en nuestro país de la Gremial de Abogados de la Argentina.
Resulta que en la primera semana de este año, el abogado argentino Gustavo Alfredo Franquet comandó una comitiva de la citada organización izquierdista que vino a Paraguay supuestamente para buscar en la zona de influencia del EPP a una niña terrorista de 14 años, hija de los fundadores del grupo armado, quien desapareció luego de los últimos enfrentamientos contra el Comando de Operaciones de Defensa Interna (CODI).
“Recientemente, integrantes de la organización argentina, señalada por los propios miembros del EPP, han ingresado a nuestro país con exigencias y reclamos dirigidos a las autoridades paraguayas, sin legitimidad alguna, siendo esta circunstancia un absurdo intolerable. Es absolutamente inadmisible que una organización que estaría colaborando con el grupo criminal EPP, según expresiones y reconocimiento de sus propios integrantes, pretenda condicionar en suelo paraguayo al Estado, a sus fuerzas de seguridad y a las autoridades del orden constitucionalmente establecidas”, dice el reclamo de Zavala a Quiñónez.
“Transmito a este órgano constitucional a través de su persona, mi preocupación y repudio por la situación denunciada, instando al Ministerio Público a iniciar una investigación exhaustiva, a fin de determinar las responsabilidades que pudieran emerger como consecuencia de las actuaciones de dirección y/o colaboración por parte de los integrantes de la organización identificada como la Gremial de Abogados y Abogadas de Argentina y su representante Gustavo Franquet, eventualmente como cómplices o encubridores del autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), y en su caso, su sometimiento inmediato a la justicia paraguaya”, concluye el escrito.
El grupo argentino, luego del regreso de sus representantes desde Paraguay, hizo una conferencia de prensa virtual en la que justificó la permanencia de niños en el campamento del EPP, alegando que las criaturas estaban “de vacaciones” en nuestro país con sus padres biológicos.