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Los trabajadores quedaron cesantes ya en el mes de diciembre, luego que la empresa promovió ante el ministerio de trabajo una reducción definitiva de las faenas y dejó cesantes a unos 16 empleados.
Desde entonces los funcionarios cesados mantienen una barricada de protesta en la vereda misma del banco, exigiendo su reposición en sus fuentes de ingresos. No queremos quedar sin trabajo, y en todo caso, si nos van a liquidar, que sea en los términos que exige la ley, sostuvo Álvarez.
La responsable local de la Dirección Regional del Trabajo, Celina Saavedra, había informado en su oportunidad que la empresa había recurrido a la figura “Reducción Definitiva de las Faenas”, lo que equivale a un cierre parcial.
El viceministerio de Trabajo, en su momento dictaminó el rechazo de esta figura, y el cumplimiento de la legislación laboral para casos de despidos.
El conflicto, sin embargo, se mantiene porque los empleados no aceptan el despido, y la empresa ya no les permite el ingreso al local. Desde entonces se instaló la protesta frente a la sede de la sucursal bancaria sin visos de solución.
La crisis, según comentó Álvarez, comenzó ya en febrero del 2019, cuando se fusionaron el banco encarnaceno Itapúa con la compañía Banco Río. Esta última absorbió al banco local. En esa ocasión comenzó un proceso de cesación de tareas, que dejó en la calle a los empleados más antiguos de la sede bancaria, entre ellos a funcionarios que están casi en tiempo de jubilación.