Madres de niños soldados desaparecidos hace 25 años siguen clamando verdad y reparación

Como era habitual 25 años atrás, había todavía más irregularidades que hoy en día con el Servicio Militar Obligatorio. Algunos padres decidían enviar a sus hijos antes de tiempo, para que terminen más rápido la carrera militar.

Este adelantamiento implicaba cometer la irregularidad de falsear documentos para hacer figurar que los soldados tenían 18 años, edad legal para empezar el SMO.

Esto fue lo que les pasó a Marcelino Gómez Paredes y Cristian Ariel Núñez, quienes tenían solamente 14 años cuando el 2 de febrero de 1998, en forma completamente ilegal, fueron convertidos en soldaditos y llevados a prestar servicios al Puesto Militar Nº 1 General Patricio Colmán, ubicado en Lagerenza, departamento de Alto Paraguay.

Cumplieron una “orden superior”

Hacía poco que estaban en este sitio cuando uno de sus superiores los envió a buscar una vaca. Desde ese momento, nunca más se supo de los dos menores.

A lo largo de los años, sus madres recurrieron a todas las instancias posibles para dar con el paradero de sus hijos o, cuando menos, hallar sus restos mortales para darles una cristiana sepultura.

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Ante la falta de respuestas y una vez que agotaron la instancia nacional, el 17 de octubre del año 2000, Lula Lugo y Zulma Paredes recurrieron al Servicio de Paz y Justicia de Paraguay (Serpaj).

Esta institución, junto al Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (Cejil), presentaron una petición ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. En este marco, en 2009 firmaron un Acuerdo de Solución Amistosa en que el Estado paraguayo reconoció su responsabilidad y se comprometió a tomar varias medidas de reparación.

Homologaron acuerdo

Recién en el año 2021, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos homologó el acuerdo mediante la emisión de un Informe de Solución Amistosa, en que se analizó el grado de cumplimiento de los compromisos estatales.

Desde Serpaj expresan que, si bien se cumplió con la mayoría de las acciones de reparación, el Estado tuvo un avance nulo en la localización de los restos mortales de los niños soldados.

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Esta es la razón por la que luego de 25 años del suceso, el Serpaj y el Cejil siguen acompañando a las madres de Cristian y Marcelino, exigiendo justicia y verdad.

Vidal Acevedo, miembro del equipo de desmilitarizacion y alternativas no violentas del Serpaj, comentó que las madres llegaron a recibir una indemnización económica en su momento y luego les otorgaron una pensión graciable, pero que no alcanza para todos los gastos de salud que tienen actualmente, debido a enfermedades que padecen, producto de años de sufrimiento.

“Cobertura médica” es una ironía

Además, según el acuerdo establecido, el Estado debía proporcionarles a las madres cobertura médica, pero esto es una ironía, porque en realidad no le dan ningún seguro privado ni privilegio especial, sino el acceso al sistema público que, de hecho, tienen todos los paraguayos.

En cuanto a los niños perdidos, estos pudieron haberse extraviado en el bosque, muerto de sed o sufrido torturas, pero nunca se construyeron teorías alrededor de esta desaparición forzosa.

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