Joven sanjuanina afronta las adversidades de la vida vendiendo chipa

SAN JUAN BAUTISTA. Una joven sanjuanina, oriunda de la comunidad de Mburika Reta, una de la compañía de la capital de Misiones, hace 4 años se dedica a la venta de chipa artesanal; la misma ha podido pagar sus estudios y comprar sus necesidades gracias a este rubro. Margarita Cardozo mencionó que es una manera digna de sustentar su economía y la de su familia.

Margarita Cardozo, preparando su chipas para su respectiva venta.
Margarita Cardozo preparando las chipas para la venta.Jesús Riveros

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La joven sanjuanina Margarita Cardozo, de 20 años, mencionó que su mamá, la señora Marcelina Céspedes, le enseñó la receta de cómo hacer la chipa y al aprender ella decidió hacerlo de manera comercial.

Ella es oriunda de la comunidad de Mburika Reta, una de las compañías de San Juan Bautista y desde hace cuatro años, empezó a hacer chipa en gran cantidad y venderla en primer lugar a sus vecinos y compañeros de colegio.

Al tener éxito y aceptación de sus productos, decidió ampliar su venta y llevarlo hasta la ciudad de San Juan Bautista, donde también fue recibida de muy buena manera. Margarita contó que hace sus ventas los días martes y viernes y que ya cuenta una clientela formada tanto en su comunidad como en el centro de la capital de Misiones.

Comentó que ella inicia con la preparación del ingrediente, un día antes de la cocción de sus chipas y lo deja reposar en la heladera. Luego ya en el día que va a salir a vender se levanta a las 03:00 a preparar el tatakua y comienza a formar sus chipas y una vez que este apunto el tatakua tras una hora y media de fuego intenso mete sus chipas y para las 6:00 de la mañana ya lo saca y las prepara para llevar a su clientela formada para el desayuno.

Ella mencionó que gracias a la venta de las chipas pudo pagar los gastos de sus estudios, como también adquirir algunas cosas de necesidad para ella y su familia. “Gracias al éxito que tengo con la venta de mis chipas pude pagar los gastos que tenía en el colegio”, dijo.

“También gracias a la venta de mis chipas pude comprar una motocicleta en la que me muevo para llevar mis productos a vender, aparte de eso también pudimos mandar a arreglar el techo de nuestra casa que ya se encontraba en un muy mal estado”, contó Cardozo.

“El trabajo es difícil, pero no imposible y el que quiere salir adelante lo puede hacer, pero es un poco sacrificado, nada más como todo trabajo. Agradezco a Dios por darme la fuerza de trabajar y salir adelante y a mi mamá por enseñarme que el trabajo dignifica a las personas”, finalizó Margarita Cardozo.

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