La tradición indica que ya se puede colocar el pesebre

Pesebre de barro de Noborigama y otros estilos en la avenida central de Areguá.
Pesebre de barro de Noborigama y otros estilos en la avenida central de Areguá. MARTA ESCURRA

Luego de la festividad en honor a la Virgen de Caacupé, la tradición indica que ya se puede armar el pesebre. Se trata de una herencia misional que se ha fusionado con la identidad cultural y religiosa paraguaya, estableciendo el 8 de diciembre como la fecha simbólica para su montaje.

En Paraguay, el pesebre se comienza a armar tradicionalmente el 8 de diciembre, coincidiendo con la festividad católica de la Inmaculada Concepción de María, y el Niño Jesús se coloca en él en la Nochebuena, a la medianoche del 24 de diciembre.

¿Desde cuándo se coloca el pesebre?

La fecha del 8 de diciembre marca el inicio oficial del período navideño en los hogares paraguayos y es el día en que, por costumbre, se realiza el montaje del pesebre y el árbol de Navidad.

Tradicional pesebre de la Familia Sánchez en la ciudad de Itauguá, que se habilita este sábado 13 de diciembre.
Tradicional pesebre de la Familia Sánchez en la ciudad de Itauguá, que se habilita este sábado 13 de diciembre.

La tradición tiene un doble origen y significado

  • Origen religioso e histórico: la costumbre fue introducida por los misioneros franciscanos y jesuitas durante la época colonial, que realizaban dramatizaciones del nacimiento de Jesús para evangelizar a los pobladores locales, y estos se congregaban a participar. Esto arraigó profundamente la práctica en la cultura paraguaya.
  • Significado cultural y de fe: el pesebre representa el nacimiento humilde de Jesús y es un elemento central de la fe cristiana, muy practicada en el país. La fecha del 8 de diciembre es especialmente significativa porque es el día de la Virgen de Caacupé, patrona de Paraguay, lo que refuerza el simbolismo religioso del inicio de la temporada festiva.

Con el tiempo, el pesebre paraguayo adquirió una identidad propia, incorporando elementos locales como la flor de coco, cuyo aroma es emblemático de la Navidad y figuras de barro o madera hechas por artesanos, especialmente de Areguá, convirtiéndose en una tradición que une generaciones.