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El plan prevé “generar propuestas alternativas al encarcelamiento para los delitos relacionados con las drogas”, para brindar “oportunidades factibles de transformación y resocialización”, según un comunicado de la Fiscalía.
Así, la estrategia busca capacitar a más mujeres en habilidades personales y laborales para evitar que caigan en el tráfico de drogas, así como trabajar en la conducta de las mujeres ya procesadas por microtráfico, para que puedan tener una vida digna una vez que abandonen la prisión.
También pretende formar en hábitos saludables y en el aprendizaje de oficios a las mujeres internas en la prisión del Buen Pastor por delitos relacionados con las drogas, con el fin de mantenerlas alejadas del comercio de sustancias prohibidas. El plan comenzará a formar durante cuatro meses a 30 mujeres recluidas en el penal del Buen Pastor por delitos de microtráfico de drogas, y se centrará en su capacitación “espiritual, personal y laboral”, según la Fiscalía.
Las internas podrán incorporarse así a un plan de empleo activo con el apoyo de empresas del sector privado. El comunicado del Ministerio Público añadió que con estas medidas se trata de evitar las “graves consecuencias sociales” del encierro de mujeres en conflicto con la ley, como la “disgregación familiar y el abandono de los hijos”. También criticó el “hacinamiento” en las cárceles y el “difícil acceso” a servicios sociales de las internas “dependientes de sustancias estupefacientes”.
Según datos del informe de 2014 del estatal Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNP), el 63% de las internas de la prisión de mujeres del Buen Pastor ingresó por causas vinculadas al tráfico ilícito de drogas, “sin diferenciar entre personas vinculadas al narcotráfico y aquellas atrapadas en el circuito de consumo ligado a la comercialización a pequeña escala”.