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Al respecto, el productor brasiguayo Jair Weber manifestó que sus propiedades son colindantes a unas 800 hectáreas que están ocupadas ilegalmente en estos momentos por campesinos, que probablemente colocan grandes artefactos de metal, muy filosos y punzantes, que no les deja sembrar la tierra.
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Explicó que este tipo de atropellos ocurre normalmente cuando existe algún rumor de que los invasores (alrededor de 60) van a ser desalojados del terreno ocupado ilegalmente. Hasta ahora, no está definido si hay o no documentos legales que acrediten ser propiedad de alguien.
Ante esta situación, que ya ha dañado las cubiertas de algunas maquinarias agrícolas de los productores, solicitan la presencia de la policía y, sobre todo, de la justicia, que tiene que resolver esta problemática. “Este tipo de acciones son muy perjudiciales, porque reparar las máquinas tiene un costo muy elevado”, lamentó el productor.
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A mediados de junio pasado se denunciaba que los colonos descendientes de brasileños optaron por suspender el inicio de los cultivos en las parcelas en conflicto ante la oposición de los sintierras.
Hace alrededor de 45 días, unos 500 policías fueron destinados a la colonia Guahory para custodiar la siembra planeada por colonos descendientes de brasileños en unas 1.000 ha de tierras en disputa de la zona.
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