Escándalo en la Iglesia: 'Es difícil creer o no creer'

El padre Zenón Berikani, delegado de los Oblatos, evitó referirse a la veracidad de las numerosas denuncias de abuso que salpican a dos sacerdotes de su congregación. “Es difícil creer o no creer, tal vez sea cierto pero puede ser falso también”, expresó.

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El vocero de la Congregación Oblatos de María se refirió al caso que involucra a los padres Francisco Javier Bareiro y Gustavo Ovelar, salpicados por numerosas denuncias de abuso sexual, inclusive en menores de edad. El grupo católico, al verse en medio del escándalo, había emitido un comunicado en el cual garantizó que el hecho fue comunicado a la Fiscalía y que los sospechosos fueron separados de sus funciones, aunque continúan como miembros de la congregación.

En contacto con radio ABC Cardinal, Berikani cuestionó las publicaciones sobre las acusaciones argumentando que “no se recurre a la fuente, que son los oblatos”. “Nosotros hemos procedido normalmente, tenemos toda la documentación”, manifestó al insistir en que se siguió un “protocolo” para estos casos, anque las propias víctimas señalaron que las autoridades eclesiásticas restaron importancia a los hechos.

Respecto a la versión de que en lugar de investigar los sucesos, el sacerdote Francisco Carrillo, provincial de la Congregación de los Oblatos de María Inmaculada, intentó un “arreglo amistoso” con una de las víctimas para evitar que todo salga a la luz, el padre Zenón aseveró que “son falsas esas acusaciones”. “Yo no creo que el provincial haya querido arreglar, si no por qué permitió que las denuncias se transmitieran a la Fiscalía”, refirió.

A criterio del religioso, “siempre están buscando la forma de encontrar algo”. Al ser insistido sobre la actitud de Francisco Carrillo, finalmente señaló: “No sé, no soy Francisco para contestar; él puede contestar si quería un arreglo con ellos (los familiares de las víctimas)”.

Al ser abordado respecto a si finalmente no cree en el relato de las víctimas, se limitó a señalar que prefiere esperar el curso de las investigaciones. “Yo creo que... Voy a volver a hacer lo mismo, en este campo es difícil creer o no creer; tal vez, puede ser cierto pero puede ser falso (también)”, expresó.

Insistió en que aguardará contar con “elementos palpables” para afirmar que los sacerdotes efectivamente cometieron los abusos. “Es difícil para mí... No soy profesional, no soy abogado, no soy fiscal, que sabe cómo proceder haciendo investigaciones para descubrir si estos casos son ciertos o no”, manifestó.

En otro momento, al reiterarse la consulta sobre su postura, insistió en que la “presunción de inocencia”. “No puedo yo decir que ocurrió o no ocurrió (el abuso)”, expresó.

El vocero de la congregación insistió en que desde la Iglesia se cumplieron con los pasos ante las denuncias de abuso. “Hicimos nuestro trabajo para no tener este problema; sabíamos luego que iba a llegar esto, por eso comunicamos a las autoridades religiosas y civiles. Ahora no tenemos nada que ver”, apuntó.

Respecto al paradero de los sacerdotes acusados, no supo precisar dónde se encuentran pero aclaró que “están viviendo en Paraguay”, aunque ya no en el área de influencia de Paso Yobái o Colonia Independencia. “Ellos ahora son todavía oblatos pero no están en condición de sacerdotes; están ahí esperando que se defina el caso”, refirió.

En una de las denuncias -en este caso particular contra el sacerdote Javier Bareiro-, la madre de la víctima relató que el religioso no solo acosaba de manera reiterativa a su hijo cuando tenía solo 15 años, sino que además lo amenazó de muerte. En una ocasión -según la mujer- el hombre intentó emborracharlo para violarlo.

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