El financiamiento de la salud gratuita

Ambos proyectos presidenciables insisten en prometer salud gratuita, pero la diferencia está en su financiamiento. Igualmente coinciden en la necesidad de garantizar protección a menores víctimas de abuso y evitar más casos.

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El tema de salud dio paso a lo más cercano a un cruce de palabras entre Mario Abdo Benítez y Efraín Alegre. El colorado inició la ronda de preguntas indicando que durante su gobierno pretenden fortalecer y duplicar el sistema de unidades de salud familiar, así como las clínicas móviles y la inversión en hospitales regionales.

Efraín Alegre remarcó por su parte que efectivamente 700 de las 801 unidades de salud familiar fueron creadas en el gobierno anterior de la Alianza y que auditará las cerca de 100 creadas en este gobierno, ya que muchas no estarían operativas. Ambos candidatos consideran fundamentales estas unidades ya que trabajan en la prevención de enfermedades.

Alegre además aprovechó para consultar al candidato colorado qué pasó con su crítica a este gobierno de que se invirtió cero en educación y salud. Mario Abdo respondió: “Creo que es un déficit la falta de inversión en salud pública en los últimos años y siempre soy honesto”.

Esto también evidenció diferencias sobre el origen de los recursos de donde los candidatos pueden obtener fondos para salud. “En el próximo endeudamiento vamos a impactar sobre el índice de desarrollo humano”, dijo Mario Abdo apuntando a aumentar la deuda pública, además de considerar que “hay y va a haber recursos si ampliamos nuestra base contributiva, luchamos contra la evasión, formalizamos nuestra economía”.

Por su parte, Efraín Alegre aprovechó para reiterar otro flanco débil del gobierno actual y que también impacta a Mario Abdo, el impuesto al tabaco. “Si (Mario Abdo) acompañaba la Ley de impuesto al tabaco, no necesitaríamos endeudarnos”, remarcó.

Ambos candidatos también dijeron estar preocupados por el grave problema de abuso a menores de edad y los cada vez más frecuentes casos de niñas embarazadas.

Mario Abdo Benítez, por ejemplo, planteó el fortalecimiento de “políticas educativas conversando con el Estado, la sociedad civil y la familia, para que los niños puedan saber qué órganos se les puede y no se les puede tocar”. 

Agregó que además de insistir en la parte educativa se debe "garantizar el proceso de denuncias. Ahora la víctima tiene que denunciar a la profesora, esta le comunica a la supervisora y esta a la fiscalía. Le estamos victimizando tres veces a la niña”.

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Además de “fortalecer nuestras instituciones”, sobre todo los Consejos de Niñez y Adolescencia en las Gobernaciones, para que “esto (abuso) no sea normal en el Paraguay, tenemos que trabajar en la reinserción, vamos a tener muchas niñas con hijas, tenemos que cuidarlas a las dos y tiene que ser por un periodo superior a 5 años. Tiene que precautelarle y construirle toda una vida nueva a través de un programa de reinserción que actualmente no tenemos para la niña y para la hija de la niña”.

 

Por su parte, Alegre indicó que que la “educación es uno de los aspectos, pero hay mucho más que hacer”, como por ejemplo “trabajar en un proyecto que vaya a identificar las familias vulnerables”, ya que muchos de estos abusos se producen porque los padres tienen que salir a trabajar y estudiar, dejando a los hijos en manos inseguras.

 

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