En los extremos del cuerpo neuronal se hallan los axones que pueden variar en forma y longitud. Los axones conducen pulsaciones que, como estímulos eléctricos, duran unas milésimas de segundo y alcanzan hasta la increíble velocidad de hasta 300 Km/h. El estímulo nervioso que transmite el axón encenderá las dendritas de las neuronas con que establece conexión y produce una ilación multiplicadora que puede implicar a cientos de miles o millones de neuronas en una vasta y compleja red. Tengamos en cuenta que el cerebro en relación a poner en marcha este circuito, consume una quinta parte de toda la energía generada por el cuerpo en descanso.
Algunos autores lo comparan con una bombita de luz de 20 vatios que brilla sin parar y no deja de trabajar a un cuando estamos durmiendo. El cerebro a pesar de que representa un 2% en relación al porcentaje del peso corporal estándar, recibe el 15% del gasto cardíaco, el 20% del consumo total de oxígeno del cuerpo y el usa 25% de la glucosa total del cuerpo. Utiliza principalmente la glucosa como energía y en su ausencia, como pasa en la hipoglucemia, puede causar pérdida de conciencia. Por ejemplo, cuando una persona lee un libro, una cascada de neuronas se asocian en pos de lograr comprender el contenido: de esta manera se construye una red inédita hasta el momento, que seguramente apela para su constitución al recurso de otras redes establecidas a partir de otros conocimientos.
Si se tratase de dar una clase acerca del tema y se necesitará transmitir de manera oral todo el material, la red se fortalecerá notablemente incrementando las conexiones entre las neuronas que la componen. No obstante, pueden ser conexiones nuevas, pero el conocimiento viejo. Es decir, la combinación de saberes anteriores es lo que puede revestir de originalidad. En los procesos de aprendizaje, lo que nos permite en parte comprender (una situación, un artículo, una reacción, etc.), es la capacidad de asociación de conocimientos anteriores, la información que poseemos. Quiere decir entonces que lo que se establece es una red de redes, lo que resulta casi imposible de graficar en nuestra mente semejante vastedad.
Red de redes
La neuroplasticidad es un proceso que representa la capacidad del sistema nervioso de cambiar su reactividad como resultado de activaciones sucesivas. Dicha reactividad permite que el tejido nervioso pueda experimentar cambios adaptativos o reorganizacionales en un estado fisiológico con o sin alteración. Otros autores la definen de manera global como toda respuesta cerebral que se origina frente a cambios internos o externos y obedece a modificaciones reorganizacionales en percepción y cognición. El tejido nervioso se considera un sistema dinámico, adaptable y plástico. La neuroplasticidad es inherente al sistema nervioso y hace al funcionamiento cerebral.
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Es un proceso fisiológico múltiple y generalizado a la biología cerebral, pero a su vez particular de cada red o microambiente neuronal, puesto que involucra procesos y componentes de la bioquímica básica y clínica. Puede definirse como la capacidad de una red neuronal para el cambio y modificación de la conducta y lograr adaptarnos a las demandas de un contexto particular. Se puede entender como la posibilidad cerebral para armar, fortalecer, desarmar y debilitar redes neuronales. La perpetuación de ciertos circuitos de redes neuronales, generan los automatismos de conductas y tal sistematización impide la facilidad del cambio generando redes alternativas. Estas redes que poseen neuronas tan fuertemente conectadas forman parte de la memoria de largo plazo.
Las redes neuronales pueden ser entendidas bajo la metáfora del río. Un pequeño surco en la tierra donde circule agua, va generando un cauce. En la medida que continúe corriendo el agua, el cauce se profundiza transformando un hilo de agua en un zanjón; del zanjón al riacho, del riacho a la laguna, de la laguna al lago, del lago al río. Lo que circula es información, son representaciones sociales y socioculturales, creencias y valores, emociones, formas de actuación, hormonas y neurotransmisores. En todo este proceso de constitución de red se incluye la variable tiempo. En la medida que se estereotipa la red y se aplica en situaciones similares a pesar de los diversos contextos, resulta difícil crear senderos alternativos. Esto se observa en los intentos de solución fracasados por resolver problemas, es donde siempre se aplica la misma fórmula a pesar de obtener el resultado contrario al que se desea obtener. Nos resulta dificultoso cambiar la forma con la que tentamos resolver un problema, aunque tenemos frente a nuestros ojos la evidencia del error en los resultados.
Una red de neuronas unidas en un circulo específico y dado que cada neurona del equipo, comanda un particular territorio (se le asigna hacer o no, algo en particular), esta red es como una hoja de ruta que se cumplirá cuando algún estímulo la active. Puede construirse, modificarse parcialmente, potenciarse o eliminarse voluntaria e involuntariamente, durante el transcurso de toda nuestra vida. Cada vez que realizamos un aprendizaje, un determinado número de neuronas se asocia para formar una red y si continuamos con este mismo aprendizaje, la conexión entre las neuronas será mas fuerte y la red se consolidará y enriquecerá.
Cualquiera de estas redes neuronales lleva a una sistematización de acciones y tanto es así que muchos de nuestros movimientos tienen que ver con automatismos de la cotidianidad, como cuando alargamos el brazo para tomar algo del escritorio en el lugar donde siempre lo ubicamos o cepillarnos los dientes con la misma mano y de idéntica forma, o como nuestros movimientos rutinarios cuando nos despertamos cada mañana. En fin, hay cantidad de ejemplos que demarcan esas inercias interaccionales que operan contrariamente a la creatividad. Es esta misma inercia de acciones la que no permite y, más bien obtura, la solución del problema: más de lo mismo/más del mismo resultado.
Por último, también cabría involucrar en estas redes neuronales rígidas llevan a un problema de repetición inevitable y compulsiva, que no permite el cambio y donde no hay aprendizaje. La medida de la repetición es la estereotipación de la red neuronal que se establece. Las redes poseen un sucedáneo directo con las emociones y estas con los neurotransmisores y las hormonas endocrinas. Bioquímicamente, la estructuración de redes neuroplásticamente negativas, generarán (activando el eje hipotalámico-hipofisiario-suprarrenal), cortisol y adrenalina, hormonas reinas del estrés. La posibilidad que la psicoterapia vehiculice una nueva red y tuerza hacia constructos y categorías positivas, posibilitarán que las endorfinas y la serotonina, proporcionen una cuota de bienestar y felicidad, la dopamina incremente el placer y la motivación, y la oxitocina aumente la confianza y la generosidad. Todos componentes para una vida feliz.
En la medida de que prime esta bioquímica cerebral, es factible que tenga un efecto multiplicador: hormonas y neurotransmisores positivos llevan a realizar acciones emparentadas con el bienestar, aunque no solo acciones, sino también ideaciones (fantasías, proyectos, pensamientos acerca de uno y los otros, etc.). Este proceso que construye una actitud de vida, producirá interacciones acordes, se tenderá a elegir vínculos nutritivos afectivamente y se retroalimentará la producción de redes neuroplásticas signadas en esta dirección.