Muchas veces podemos pensar que las celebridades que componen el mundo artístico son robots diseñados para mantenernos entretenidos. Pero como es observable en distintos ejemplos a lo largo de la historia, los músicos no dejan de ser seres humanos con la capacidad de sufrir depresión y perder la motivación.
El caso de Justin Bieber es un ejemplo más de que la vida no es perfecta para nadie; aunque en su momento de éxito pudiera parecer que todo es color de rosas, inevitablemente los problemas son parte de la existencia. Para alguien que desde niño estuvo en el punto de mira mediático, además de contar con millones de fans y también haters, es normal que todo ese conjunto de focos sobre su persona termine por agobiarle.
Justin vivió su niñez, adolescencia y juventud siendo una de las personas más famosas del mundo. Hubo un momento en el que Bieber ya no podía disfrutar de su pasión por cantar y bailar en escenarios alrededor del planeta, por los problemas mediáticos que lo rodeaban.Varios incidentes con la justicia, drogadicción y actitudes soberbias señalaban que en algún momento su carrera caería en picada.
Sus problemas con estupefacientes, unidos a la obligación de brillar cada día y crear nueva música, lo hicieron entrar en una enorme depresión.Decidió cancelar una gira cuando quedaban 14 conciertos por realizar, para tomarse un descanso luego de unos intensos años de trabajo, éxito y también malos ratos. El cantante se tomó un respiro para poner su vida en orden, creció como persona, sentó cabeza y contrajo matrimonio con la modelo Hailey Rhode, a quien declaró su amor incondicional.
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“He tenido éxito desde los 13 años, así que realmente no tuve la oportunidad de descubrir quién era más allá de lo que hacía”, afirmaba el canadiense en una entrevista para la revista Vogue. Cinco años después, escuchamos música nueva de Justin con su álbum “Changes”, en el que hace referencia a varios de los cambios y dificultades que tuvo que sufrir para volver al mundo artístico.
Bieber afirma que su vuelta se debió en gran parte al apoyo de su esposa, a quien le dedicó varias canciones del álbum. Hoy, a sus 25 años, el cantante se ve con un perfil mucho más bajo, intentando quedar fuera de toda polémica y dedicarse simplemente a explotar al máximo su pasión y exprimir su talento en cada nota musical. Mientras, los fanáticos esperan con ansias su regreso a los escenarios para una nueva gira mundial.
Por Diego Benítez (20 años)
