La situación política actual del país es preocupante y, en los últimos días, ocurrieron hechos graves y peculiares. Uno de estos casos singulares fue la forma de actuar de Fabrizio Gómez, hijo del parlamentario golpista Ramón Gómez Verlangieri, cuando salió a dar declaraciones que demostraban su decepción y tristeza acerca de lo que había hecho su padre: votar a favor de la enmienda en una sesión “mau” del Senado.
Fabrizio hablaba con su padre acerca del proyecto de reelección y le pedía que no votase a favor del mismo. Por eso, al enterarse de que su figura paterna, el senador Gómez Verlangieri, dio su apoyo al rekutú, el joven sintió una decepción tremenda. “Ya no lo veo como a un héroe desde el momento que demostró ser un villano que vendió a su patria. No pensó en nadie, ni en sus hijos”, indica.
A la mayoría de la gente le sorprendió la manera de actuar de Fabrizio, pues a sus 16 años demostró ser valiente al brindar esas declaraciones. En cambio, muchos creen que el joven no tiene criterio propio. “Mis pensamientos nadie me los dicta porque yo no soy bobo y entiendo todo lo que pasa. En mi vida, nunca hubo ni habrá una persona que pueda manipularme”, comenta.
Al hijo del parlamentario cartista le conmovió bastante la muerte del joven liberal quien, a diferencia de otros, fue una persona admirable. “Rodrigo Quintana es un héroe que se ganó mi respeto, no como los 25 senadores y Cartes, quien es el peor gobernante que vi en mi corta vida”, relata.
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Por otra parte, Fabrizio pretende en un futuro ser cantante o aviador, pues son las profesiones que le gustan. Pero piensa que la sangre no es agua y que, si se da la oportunidad de introducirse al ámbito político, no se opondría. “Nunca pensé en guiarle a las personas por el hecho de que tengo miedo de fallar, pero si hoy en día soy la voz de los jóvenes, sería un orgullo”, expresa.
El joven cree que es el momento de que el pueblo se despierte para defender a su patria, ya que le encantaría ver al país libre de una dictadura. “A los compatriotas les pido que no se queden sin hacer nada. Por favor, defendamos la patria, luchemos todos juntos y no nos quedemos con los brazos cruzados mirando la tele, pues el futuro de la nación está en nuestras manos”, concluye.
Por Joaquín Tandé (18 años)